La próxima semana el Congreso de los Diputados celebrará una sesión de investidura histórica. De ella puede salir un presidente y un gobierno que aborde las reformas legislativas y administrativas más ambiciosas de la democracia, que recupere los derechos sociales y avance en las conquistas de progreso perdidas tras cuatro años de inmovilismo del Partido Popular. Antes de que esto ocurra, los militantes socialistas tenemos tres días para votar si estamos de acuerdo con los posibles pactos que alcance la comisión negociadora de nuestro partido con otras fuerzas políticas.

Para ello, hemos suscrito un documento con Ciudadanos en el que se incluyen 200 medidas ambiciosas de regeneración y progreso en el que ambos partidos hemos cedido como ocurre en cualquier negociación. Tenemos un único objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas y abordar las necesarias reformas institucionales para hacer de España un Estado moderno, transparente y enemigo rotundo de la corrupción. Por todo ello, votar a favor es la mejor opción en las circunstancias actuales. Si se lee con calma, cualquier partido con voluntad de que cambien las cosas, puede suscribirlo. O, al menos, no debería usarlo como pretexto para bloquear cualquier avance en la búsqueda de un Gobierno de progreso.

Podemos hasta ahora ha puesto excusas, impuesto vetos, ha atacado al PSOE en improvisadas ruedas de prensa y sus líderes han olvidado su supuesto origen asambleario para tomar decisiones que dinamitan cualquier opción de cambio y dan oxígeno a Mariano Rajoy. Podemos tardó dos semanas en aceptar la invitación para sentarse ante una mesa y ha tardado poco más de 24 horas en abandonarla con mentiras. Sus dirigentes aseguraron que este partido nació con el ánimo de cambiar las cosas y han demostrado con su actitud que, en realidad, no quieren que nada cambie. Mucho van a tener que explicar para que la ciudadanía entienda que su voto coincide con el del PP y que se opone a una suma colectiva de formaciones políticas que buscan una forma de hacer política moderna y alejada del sectarismo.

El PSOE ha hecho un esfuerzo por aunar voluntades, al igual que otros. Basta con mirar la actitud crítica pero constructiva de Izquierda Unida o Compromís para ver que muchos millones de españoles apostamos por un cambio real. Estoy segura que esa es también la voluntad de muchos votantes de Podemos que hoy están decepcionados con la actitud inmovilista, casualmente como Rajoy, de sus líderes.

El documento acordado con Ciudadanos no sirve por si solo si no se incorporan otros acuerdos con otras fuerzas políticas con intención real de cambio político, social y económico. El PSOE ha mostrado voluntad negociadora en todo momento desde que el Rey encomendó a Pedro Sánchez la responsabilidad de intentar formar Gobierno. Con un PP aislado y descompuesto y unas fuerzas independentistas con las que no contamos porque ni ellas mismas creen en el Estado, se hace imprescindible un acuerdo de progreso. Un acuerdo que concilie voluntades y aparque desencuentros. En ello estamos muchos, y solo una formación, Podemos, está demostrando por el momento que no tiene más intención que erosionar al partido socialista y prefiere vivir contra Rajoy que apostando por la política real. Y mientras, España lleva más de dos meses viviendo con un Gobierno en funciones y en una parálisis política

Me gustaría acabar esta reflexión con una aclaración que me parece importante para despejar cualquier duda. En el documento se aborda una reforma institucional que pretende modificar el papel de las diputaciones. Eso no significa que en ningún momento corra peligro el futuro de nuestros pueblos ni que vayan a dejar de percibir los servicios que encomiablemente han realizado nuestras instituciones provinciales. Todo lo contrario, nuestro documento solo pretende adaptarlas a los tiempos, hacerlas más transparentes y otorgar más protagonismo a los alcaldes y concejales de los municipios. Modernizarlas para convertirlas en más eficaces y adecuadas a las necesidades y demandas actuales.

Diputada en el Congreso por el PSOE