Síguenos en redes sociales:

El Independiente

José Luis Trasobares

Fe ciega en el poder del dinero

Quise decir el poder de los adinerados; o sea, la ciencia infusa y la habilidad congénita que se les supone a quienes atesoran pasta y patrimonio a mogollón. Muchas personas dan por sentado que, si alguien disfruta de abundante fortuna, seguro que hace las cosas mejor que cualquier pelanas recién llegado a la pomada. Así lo creen en los USA los votantes de Trump y aquí, en España, todos los que prefieren ser gobernados por corruptos y comisionistas finos, que por cualesquiera populistas y/o separatistas. España, antes saqueada que rota.

Viene esto a cuento de la ternura que me producen los seguidores zaragocistas, que en su día saludaron con alborozo la llegada de gente bien a la sociedad anónima dueña del equipo. Daban por sentado que personajes de tanta prosapia curarían las heridas causadas por el innombrable Agapito, el chanchullero amigo de sociatas. Pero ese sector de la afición, tan animoso como crédulo, no entendía que esto del fútbol es una industria muy peculiar, que el Real Zaragoza estaba hundido y quebrado y que la regla de oro para tener dinero y acrecentarlo es no soltarlo jamás, salvo cuando la ganancia es segura y el riesgo nulo.

En España, por otro lado, tenemos la manía de llamar empresario, o gran empresario, a no solo a quienes se han hecho un hueco en la economía productiva con su esfuerzo y habilidad, sino también a los afortunados que han heredado o accedido a los altos consejos de administración por vías más o menos políticas, o incluso a los consultores, brokers, burócratas de gran copete y similares. Pero no es lo mismo.

Y en todo caso, una cosa es ser empresario de éxito en cualquier actividad y otra muy distinta coger al Zaragoza y subirlo a Primera. Por eso no venía a cuento ni la infantil ilusión del principio ni la amarga desilusión actual. Además, quién sabe. La vida da muchas vueltas. Y si España es el país de Europa cuya economía crece más, lo mismo tenemos al equipo de nuestras entretelas rematando la Liga a todo tren. Y, si no, siempre nos quedará el Ebro.

Pulsa para ver más contenido para ti