No es tan fácil

Después de unos días muy duros en nuestro país, y más concretamente en Barcelona, la gente vuelve a la carga en las redes sociales. Atacando, discriminando y juzgando lo que no les gusta o lo que no entiende. Ataca al islam y a la religión musulmana sin saber muy bien cuál es la diferencia entre árabe, salafista, musulmán o terrorista. La gente está muy triste, la gente está muy alterada y la gente está muy rabiosa. Luego están los amigos de carne y hueso, que igual después de este 17-A ya dejarán de serlo. Cuando pasan estas cosas te das cuenta de cómo es la gente en realidad. Ese amigo que descubres que es un auténtico intolerante o el otro que te manda miles de vídeos sangrientos cuando tú has pedido por favor que no lo hagan. Esta es la parte insensible de la sociedad.

Luego tenemos la otra. Gente que está todavía impactada porque el jueves 17 paseaba por el centro y aunque no le pasó nada físico sí tuvo mucho miedo. Amigos encerrados ocho horas en el coche y colegas que te llamaron con un ataque de ansiedad porque se encontraban en el paseo de Gracia y no sabían qué estaba pasando.

Y luego están las personas que conocían de primera mano a los terroristas. Estas nos rompen los esquemas completamente. Les hablo, por ejemplo, de la educadora social de Ripoll Raquel Rull, cuya carta nos ha dejado a todos impactados. Responsable de varios de los terroristas desde pequeñitos, está completamente rota y no entiende qué ha podido pasar.

Y yo me pregunto: si esta mujer, con toda su experiencia, buena voluntad y estando en contacto diario con estos chicos, no pudo ver lo que estaba sucediendo, si ella, que estaba en primera línea con los ojos bien abiertos, no lo consiguió, ¿qué tenemos que hacer los demás? Igual ya ha llegado la hora de dejar de pensar en la pena que tenemos nosotros, dejar de pensar en la seguridad y empezar a buscar la manera de que la mente perturbada de algunos radicales no entre en la cabeza de muchachos jóvenes, integrados e inocentes. ¿Cómo? Creo que nadie lo sabe. Este es el maldito drama.

*Periodista