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La brecha, no solo en salarios

Jóvenes y mujeres han sido durante la crisis -y siguen siendo-- los colectivos más castigados por el elevado porcentaje específico de paro, ya de por sí desatado a nivel global. La incipiente recuperación ha hecho caer la tasa general profundamente, pero las diferencias asentadas persisten. El registro de paro en enero lleva siempre el componente de acusar el fin de la campaña navideña, una oferta laboral centrada en los servicios y que al agotarse escupe cifras clarificadoras. En Aragón, el primer mes del año cerró con 1.371 nuevos parados. Solo 31 eran hombres. Por si no estaba clara la proporción de la temporalidad en el acceso al mercado laboral, que a finales de año registraba 1,9 millones para las mujeres y 623.000 en los hombres. Y el de la precariedad temporal no es el único peaje que pagan mayoritariamente las mujeres en sus empleos. Desde que comenzó la recuperación en 2013, el desempleo en hombres ha caído un 39%; el de mujeres, prácticamente la mitad, un 21%. Y si desde esa fecha han salido del paro 1,5 millones de personas, dos de cada tres son hombres. Durante la crisis, la mitad de desempleados registrados eran varones, ahora ya solo son el 42%. La corrección del paro, por tanto se ceba en ellas negativamente. Y por si fuera poco, cuando están en el tajo, cobran menos. Entre un 15% y un 23%, según las fuentes y sobre todo vinculando esta situación al empleo a tiempo parcial. La brecha salarial se debe combatir, sin duda, pero en un proceso que englobe la lucha contra otras desigualdades asociadas, como dibujan los datos.

*Periodista

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