Los datos de Hacienda de la Declaración del Impuesto sobre el Patrimonio del 2017 recogen que el número de contribuyentes con un patrimonio neto superior a 30 millones de euros ha crecido hasta las 611 personas, un 73% más que en el 2011. Dinero llama a dinero, que dirían los abuelos, y miseria llama a miseria, que deberían conjugar los millenials, avezados ya en la evolución de cómo una crisis económica alimenta a los glotones y adelgaza aún más a los frugales. Esto desde Hacienda, que si le damos crédito al Informe sobre la riqueza mundial relativo al 2019 de la entidad Crédit Suisse, el montante de los que disponen de patrimonio superior a 50 millones de dólares aquí casi llega a las 2.200 personas, 61 de los cuales superan los 500 millones. Cosas de la desigualdad en el crecimiento de los países, no hay que darle más vueltas, que es de mala educación husmear en los dineros de los demás, tanta como hacer caso a otro estudio de Oxfam que registra que los altos ejecutivos del Ibex 35 cobran 123 veces el salario medio de sus plantillas. Nadie duda de que todavía hay clases, pero las horquillas suenan escandalosas, aunque solo sean titular de un día en páginas interiores. Tampoco aguanta mucho en el papel, y menos en los digitales, que la remuneración bruta media en Aragón está en 1.541 euros al mes, 117 menos que el españolito medio. Unos datos, se supone, que se habrán incorporado al expediente que los agentes sociales e institucionales manejan con el impulso del nuevo acuerdo social en la comunidad. En el que, por cierto, se destaca priorizar el empleo y la calidad del mismo. A lo mejor en este periodo se consigue al menos llegar a la media salarial del país. Si no es molestia.

*Periodista