Sigo en Twitter la cuenta de El Mundo Today, un colectivo de humoristas ingeniosos que, partiendo de la realidad, la interpretan en clave de esperpento. Acaban de tuitear: «Miles de pobres de derechas se niegan a cobrar el salario mínimo», y sigue un hilarante vídeo. Después de verlo, pienso: pues esta es una esas ocasiones en las que la realidad supera una de sus locuras. Vox va a votar en contra del ingreso mínimo vital, a pesar de que entre sus votantes, segurísimo, hay miles de personas que se beneficiarán de la ayuda. La paguita, la han llamado, los que seguro que no la necesitan. Son los mismos que argumentan que la chusma (esto lo digo yo) que recibe un dinero, se acomoda y no busca trabajo, y se dedica a vivir de la teta del Estado. Son los mismos que dicen que quien no curra, es porque no quiere, porque empleos hay. Son los mismos que han negado la pobreza infantil, han negado que haya gente que no tenía, literalmente, para comer, los mismos que están llenos de prejuicios estúpidos. Los mismos que se acodaban (antes) en la barra de un bar y soltaban un discurso de cuñados con un güisqui Dyc en la mano. Los mismos que hablan desde el desconocimiento (eso seguro) o desde la superioridad moral de quien nunca ha pasado necesidad. Ahora bien, lo que no entiendo es que sus votantes compren ese mismo discurso, cuando muchos de ellos estarán, por pura estadística, en ERTE, o directamente en paro. Lo de que las personas subvencionadas no buscarán trabajo es una mentira condescendiente y malvada. Yo, personalmente, no quiero ver nunca más colas del hambre en mi país, como veo estos días. Protejamos España, dicen en Vox, para oponerse a la medida. Pero ¿esa es la España que quieren? .

*Periodista