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El artículo del día

Manuel Teruel

Hostelería, economía y bienestar

La superación de la pandemia no debe derrumbar ningún sector y también deben salir de la crisis

La súbita crisis sanitaria que ha precipitado la pandemia covid19 se ha trasladado de forma inmediata a la economía. Todas las previsiones apuntan a que la caída en el PIB, tanto en el de España como en el de Aragón, será de dos dígitos. Y más importante aún, parece que recuperar los niveles de actividad previos al estallido de la crisis tomará algunos años.

¿Cuántos? No hay una única respuesta porque, ciertamente, el impacto de la crisis está siendo muy heterogéneo entre sectores. La estructura económica de nuestra comunidad, con un menor peso relativo del turismo y una mayor preponderancia de la industria, nos permite, al menos, vislumbrar una recuperación relativamente más temprana a medio plazo.

Sin embargo, no todos los sectores cuentan con un paraguas de protección frente a los efectos de las (necesarias) medidas de distanciamiento social y restricción de la actividad que tratan de embridar la emergencia sanitaria. En este punto, y, por su propia naturaleza, uno de los sectores que con mayor virulencia está sufriendo los efectos de la crisis es la hostelería.

Frente a quienes trazan líneas divisorias entre sectores, predicando un cambio en la estructura económica de España, obviamente sin aportar soluciones al efecto y denostando al sector hostelero, lo cierto es que solo el sector turístico, que en gran medida se nutre de establecimientos hosteleros, supone cerca del 15 % de PIB de España, aglutinando más de dos millones y medio de empleos. Los retos a los que se enfrenta el sector, ciertamente, no son menores. Los efectos en términos de desempleo de la crisis mermarán la renta disponible de los hogares y, por ende, su consumo; al tiempo que la competitividad futura del sector debe tener en cuenta (como ya lo estaba haciendo) las potencialidades turísticas de otros países que, como Grecia, están viendo aumentar el número de turistas.

La resolución de la crisis sanitaria es el principal reto al que nos enfrentamos como sociedad y al que se debe la evolución de la economía. Las medidas orientadas a la prevención de la pandemia, y estas líneas se escriben en el momento más duro de la segunda ola de contagios, deben ser la prioridad para todos. No creo que haya discusión en ello, ni siquiera por los profesionales que se emplean en los sectores más perjudicados desde el punto de vista económico por las restricciones a la movilidad y al derecho de reunión, como la hostelería.

Por todo ello, el reto que tienen las Administraciones es ofrecer la mayor seguridad jurídica posible al conjunto de agentes económicos y, en especial, a aquellos que operan en los sectores más golpeados por la crisis. La hostelería se está adaptando a cada una de las medidas que se aprueban. Muchos de los negocios hosteleros están desarrollando líneas de negocio y procesos que hasta el momento ni siquiera habían considerado adoptar y otros, confiemos en que los menos posibles, han cesado su actividad.

La pandemia ha redibujado en muy poco tiempo un paisaje económico que, tras la superación de la Gran Recesión de 2008, hasta comienzos de este año rebosaba un optimismo fundamentado en hechos. Ahora, en medio de una crisis sin parangón en tiempos recientes, su superación no debe arrumbar ningún sector. Todos conforman nuestra economía y todos deben ser capaces de salir de la crisis, porque, no lo olvidemos, en ello nos va nuestro bienestar.

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