Cada día estoy más convencido de que Ayuso es la Trump española. Y de que desgraciadamente no es una imbécil que era 'community manager' de un perro. La forma que tiene de mentir sobre datos medibles y objetivos es muy comparable a la de Trump. Afirmaciones como «la mortalidad no ha sido mayor en Madrid que en el resto de España» o «No está demostrado que la hostelería cause más contagios» lo demuestran. También las bravuconadas absurdas como «Si no hubiera sido por el Gobierno yo ya tendría Madrid vacunada al 100%» son propias del exmandatario norteamericano. Y las tergiversaciones sobre la realidad como «En Madrid no se abandonó a los ancianos de las residencias» tres cuartos de lo mismo.

Pero más allá del evidente parecido en los estilos en los que la mentira y el matonismo son seña de identidad, la meta es la misma. Por un lado, confrontar con la izquierda en políticas culturales haciendo populismo chabacano, y por el otro, lo importante, que impuestos y gasto publico vayan a donde tienen que ir. A los bolsillos de los suyos.

Ayuso se está convirtiendo en un símbolo de la derecha más bruta de este país. Y es de facto la líder del Partido Popular entre sus bases. No sé si Pablo Casado está jugando bien sus cartas, ya que una victoria clara de Ayuso en las elecciones de Madrid lo deja a él en una situación muy difícil (victoria aquí, es gobernar con claridad). Porque lanza a Ayuso al trampolín para disputar la presidencia de España.

Hay una izquierda que se regodea ante esta situación, argumentando que España no es Madrid y que si Ayuso vira al PP a la derecha, habrá muchos años de gobiernos de izquierdas ante su incapacidad para pactar más allá de Vox. Creo que ese análisis puede estar equivocado. Si efectivamente Ayuso lidera la derecha populista en España, podemos encontrarnos ante un fenómeno Trump, en el qué incluso perdiendo en votos, o espectáculo murciano mediante, llegue al poder. Imaginen a Ayuso de Presidenta y a Abascal de Ministro del Interior (o cualquier otra cosa igual de terrorífica). Ayuso es el huevo de la serpiente, ojalá no salga nunca de la cáscara.