El Ayuntamiento de Zaragoza ha preparado y está desarrollando un programa cultural en torno a la nueva efemérides de Francisco de Goya, con la clara intención de vincular en mayor medida la memoria y obra de nuestro primer artista con la capital aragonesa.

Porque a Goya, hasta cierto punto paradójicamente, se le relaciona o nombra casi siempre como «el genio de Fuendetodos», «el genio aragonés» o «el genio universal», pero nunca o casi nunca como «el genio de Zaragoza» o el «pintor zaragozano».

Es algo que no puede entenderse, teniendo en cuenta que Zaragoza fue la ciudad en la que Francisco, o Francho, en su cariñoso diminutivo aragonés, vivió toda su infancia, su adolescencia y buena parte de su vida adulta, y en la que enraizó sus ideas, su carácter, su forma de ser, su acento, sus amistades, sus primeros amores y, por supuesto, su aprendizaje como dibujante y pintor.

Aprendizaje que empezaría muy tempranamente, en su propia casa de La Morería, en Zaragoza, de la mano de su padre, el dorador José Goya, y en las aulas del colegio de Escuelas Pías (asimismo establecido en aquella Zaragoza de mitad del siglo XVIII). Un poco más adelante, el joven Goya aprendió más formalmente dibujo y pintura en la Academia de José Luzán (también situada en el casco viejo de Zaragoza), donde recibió las primeras clases. Practicó y mucho, pues hay testimonios de ello, en las tabernas del entorno de La Seo, en cuyos manteles y paredes dibujaba lo que se le ocurría, dejando a menudo láminas, incluso pequeños cuadritos, en prenda de las comilonas y francachelas que se corría con otros «tunantes», tal como los miembros de su pandilla, Martín Zapater o los Goicoechea se nombraban de jóvenes...

Aunque se trasladó a Madrid como pintor de la corte real, la relación de Goya con Zaragoza, Canal Imperial, Cabildo, etcétera, seguiría siendo intensa y permanente. Desde Pignatelli a Palafox, de Zapater a la marquesa de Lazán, del torero Martincho a Agustina, Goya mantuvo relación personal con los principales próceres, leyendas e instituciones zaragozanas, recibiendo numerosos encargos y ejecutando muchas de sus mejores obras en el entorno de esas relaciones con la capital aragonesa.

Ciertamente, Zaragoza y Goya deberían ir más de la mano...