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Hoguera de manzanas

Olga Bernad

‘Volkskultur Versus Mundum’

El verano ha dejado el mundo hecho unos zorros. Eso, unido a la sensación de que pintamos menos que el tío Pichorretas en Pastriz y de que solo la cultura es refugio, me ha hecho recordar una conversación en la que el insigne Santiago Gascón me descubrió unas misteriosas jotas. Poco aficionada soy al género, a pesar de haber nacido en la Inmortal Zaragoza, pero estas, oh, estas jotas libres que en un alarde de modernidad no hacen caso de rimas ni medidas ni falta que les hace, estas que señalan extrañas verdades como templos, estas sí me gustan. Veamos una: «El día en que tú naciste/ nacieron muchos tontainas,/ por esto y por otras cosas/ no me fío del horóscopo». Tienen un algo genial y surrealista, alimentan una perplejidad, una frescura tan insolente que pasa a ser una especie de transgresión. Participan también de un cierto desencanto muy moderno. Son un yenesecuá, vaya. «Esos besos que tú das/ dicen que suben al cielo,/ pero la carretera de Borja/ tiene dos curvas bien malas...»

No quiso revelar autoría, pero sí sabemos que estas creaciones podrían anclarse en una escuela que no está suficientemente valorada. El escritor Elías Moro daba cuenta de la aportación de Mariano Sebastián, más conocido como el tío Pichorretas, que perpetraba cosicas de estas como envoltorio para los caramelos que vendía y que luego tuvo el valor de recoger en un volumen. De todo ello supo a través de José Luis Melero, por cuyas manos han pasado más libros de los que seguramente existen. El tío Pichorretas escribía así, robando su espíritu a los haikus y su alegría a las seguidillas, destrozando a veces la métrica de la jota, superando la rima, cuestionando preceptivas, en plena libertad: «Los baturros de mi pueblo,/ por seguir la tradición,/ cuando gastan alpargatas/ se las ponen en los pies». No me digan.

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