Parece que Ayuso se queja con amargura ante la idea de que algunas sedes administrativas del estado y la Administración central pudieran localizarse fuera de Madrid. Es comprensible, el 'dumping' fiscal y en definitiva el parasitismo que realiza la comunidad de Madrid sobre el resto de España, se verían muy afectados. El modelo es fácil: como la capitalidad le da un montón de funcionarios de alto nivel, cuerpos diplomáticos y sede de empresas que tributan en Madrid, puede permitirse eliminar impuestos como el de sucesiones o bajar otros. Esto a su vez, provoca que gente de dinero se empadrone en Madrid y allí pague menos. Así fastidia al resto de comunidades que pierden muchos ingresos y nada pueden hacer, ya que no son capital. Hay dos soluciones para evitar esto: o se reparten las ventajas de la capitalidad (descentraliza) o se elimina la capacidad de Madrid de eliminar impuestos (armoniza), porque si tiene las dos la partida esta amañada y ganará siempre. Las dos soluciones también se pueden combinar.

Con lo de descentralizar habrá que tener sentido común, es decir, mi querido valle de Chistau no puede albergar la sede de ningún ministerio. Pero tampoco es razonable que el Museo Naval o la sede de Puertos del estado estén en Madrid. Y en todo caso, la descentralización tiene que servir para reequilibrar territorios, repartiendo el efecto capitalidad, pero nunca a costa de fastidiar a los ciudadanos. Por favor, que no se obligue a alguien de Almería a hacer un trámite en persona en La Coruña.

Habrá quien diga que descentralizar no se hace en ningún lado, que es una ocurrencia, etc. Miremos a Alemania. Resulta que el Bundesbank no está en Berlín, sino en Frankfurt, una ciudad del tamaño de Zaragoza. El Tribunal Constitucional alemán tampoco está en la capital, sino en Karlsruhe, una ciudad de 300.000 habitantes. En España hay 30 ciudades por encima de los 200.000 habitantes y 60 por encima de los 100.000. Parece que hay donde elegir. Qué decir de Holanda (Países Bajos), cuya capital es Ámsterdam y donde el gobierno tiene su sede en La Haya. Incluso nuestros vecinos portugueses han comenzado a llevar algunas secretarías de Estado al interior del país.

Confiemos en que la descentralización de entes administrativos llegue de la mano de la armonización fiscal y que en todo caso se priorice la segunda evitando comportamientos parásitos.