Opinión | FUERA DE CAMPO

Un jaque a 242 revoluciones

Como comprenderán, para mí, que hasta me gusta el cine español, el Koldo de esta semana no es el del exministro Ábalos, sino Koldo Serra, responsable cinematográfico de la nueva serie de Amazon Prime Video Reina Roja, adaptación del best seller de Juan Gómez-Jurado (Ediciones B), que se enfrentó al gran reto de representar en imágenes una gran aventura moral que ya se habían imaginado un sinfín de lectoras y lectores. El resultado, 350 minutos de vértigo que se disfrutan con intensidad y sorpresa, pisando siempre la línea prohibida de miedos y misterios gracias a una planificación seductora, coreografía, ritmo y montaje que hacen más que atractiva esta profunda bajada a los infiernos interiores de jungla, monos y caos para la calma.

El cineasta vasco puede estar bien contento. Primero, porque su Athletic y el de los Williams ya es finalista de Copa. Segundo, porque ha conseguido componer una serie distópica y operística, a mayor gloria del thriller y del buen cine, ese del que se empapó desde su juventud: artesano, arriesgado, emocionante, con pulso, detalles y maestría, donde los grandes ya rodaban para la gran pantalla ante los nuevos aires de la televisión. Reina Roja es también una apuesta por la presencia escénica, más allá de la siempre virtuosa participación de mi siempre admirado Alex Brendemühl en el rol de Mentor, con el que mover amarres e hilos de una pareja de investigadores de gran calado y química.

Y es que la arquitectura de esta gran serie se articula maravillosamente en nuestra Natalie Wood española, la Antonia Scott de Vicky Luengo, que con su otra cara de la moneda, el todopoderoso titán Hovik Keuchkerian, se precipitarán a abismos que le hubiera encantado firmar al mismo David Fincher. Serra ha sabido jugar sus cartas y construir su personal castillo de naipes como autor desde la mente y la mirada, los trastornos y sus traumas, la poesía, la épica y el background de una soberbia Antonia Scott. Lucidez, en suma, para enfrentarse a Lucifer. Una serie que encandilará a quienes ya leyeron la novela, y a quienes se acercan por primera vez ahora a un cociente intelectual de 242 de jaque mate y muy señor mío.

A la salud de esta Antonia y de todas las mujeres, recuerdo la agenda política feminista para los rocosos terrenos de la no ficción: Tener una vida libre de violencia, abuso y explotación sexual, lo que lleva implícito el no a los vientres de alquiler y la abolición de la prostitución. Considerar la pornografía como la puerta de entrada a esta violencia. La paridad, la representación equilibrada en los órganos sociales, económicos y políticos, lo que implicaba el no a la Ley trans por la desaparición del valor sexo. La corresponsabilidad en los cuidados, trabajos y tareas. La coeducación y la eliminación de los estereotipos de género, en igualdad para niñas y mujeres, y que no es diversidad, pues son agendas diferentes, como tantas otras. La eliminación de las brechas digital, laboral y salarial. Y toda carta por los derechos sexuales y reproductivos. En fin, una mujer todavía muy en jaque, pero heroína como Reina Roja, a brindar en este próximo 8M.

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