El Periódico de Aragón

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Carmen Lumbierres

El triángulo

Carmen Lumbierres

La gran resignación

España, un país con tres millones de parados y una tasa de desempleo del 13,5%, la más elevada del euro junto con Grecia, vive con cierta alarma nacional los más de 100.000 puestos de trabajo que se quedan sin cubrir. Se une a este fenómeno, los datos sobre la renuncia al puesto de trabajo en marzo de este año, un 100% más que el mismo mes en 2021, unos 4.006 empleados. Y empiezan las analogías con la gran dimisión en Estados Unidos donde 50 millones de estadounidenses han dejado su empleo en 2021, uno de los efectos conductuales de la pandemia.

Aunque en una cuantía mínima, comparada con la norteamericana, el que los trabajadores españoles arriesguen en la rotación laboral deja un cambio de tendencia en la forma de concebir el trabajo y el mercado. Y casi más importante de cómo lo perciben los trabajadores, hay más movimiento porque crece la sensación de poder encontrar un empleo mejor.

España es el segundo país de la UE con más trabajadores pobres, el 13%, según la OIT, e igual que está ocurriendo en EEUU ante lo que nos encontramos es en realidad con «la gran renegociación» porque está ayudando a quienes tienen salarios más bajos a mejorar su situación. Entre las grandes motivaciones para dejar un trabajo, en un país de retribuciones precarias como este, la principal causa del cambio es una nómina más abultada. Por eso los vacíos existentes en la hostelería, la distribución o el sector de la construcción necesitan de una revisión salarial al alza que incentive a los desempleados la incorporación en el mercado laboral de manera homologable al resto de los sectores económicos. La expectativa de poder encontrar algo mejor hace que, por fortuna, se rechacen contratos con condiciones económicas y laborales pre estatutarias. Necesitamos trabajadores de alta cualificación que dominen las nuevas tecnologías, pero también empleados que conozcan los oficios más clásicos, y esa solución no aparece en un día. El déficit de trabajadores con bajo nivel de formación lo arrastramos desde la crisis de la burbuja inmobiliaria de 2008 y las estadísticas no cambian, la mitad de los parados no cuentan con ninguna formación, ni siquiera estudios de secundaria.

Mientras en el grueso de los trabajadores contratados lo que se expande es la desmotivación, con un 54% de los empleados resignados. Y sin embargo, a pesar de la inflación, de no sentirse bien pagado, solo el 5% está en riesgo alto de dimitir. Aquí con un mercado mucho más rígido, es difícil atreverse a dejar el trabajo en busca de algo mejor, como sí ocurre en EEUU. Algunos lo achacan a la elevada protección social, será que no se han visto en el paro.

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