Casi no es nada. Una lengua de arena que se desvanece cuando la luna atrae a la marea alta. Unas lagunas saladas se forman apretando apenas en un carril la carretera que rescata al faro de la soledad de sus rocas. El tómbolo de Trafalgar se cuela en el Atlántico entre Caños de Meca y las marismas de Barbate, mar de atunes y de Armadas sumergibles.

Arena y refrito arriba se abre otro ligero pasadizo, este atrapado entre la bahía y el océano en una tacita de plata con categoría de oro. En ese reducto al oleaje se recluye el Ramón de Carranza y escondido en él un túnel que huye hacia la Primera. Un agujero donde se han apelotonado y siguen a codazos de victoria y a resbalones de derrota cinco presos de la historia de nunca acabar. Porque el Huesca vuelve a la faena de la permanencia en una jornada que descuenta a cuatro el desenlace.

Será un fin de semana de encuentro entre los que están a un paso de largarse y los que están un trecho por detrás, del Cádiz (40 puntos), Levante (38), Getafe (34) y Valencia (36), al borde de la salida, enfrentados al Huesca (30), Alavés (31), Eibar (26) y Valladolid (31), los cuatro duelistas por el infierno más un quinto, el Elche, que cayó este viernes en el feudo de la Real Sociedad y sigue con 30 puntos y penúltimo, por detrás de los de Pacheta.

Dilemas

El dilema para el Huesca es múltiple. Porque viene de encadenar rachas en blanco y negro que un día le hunden en la desesperación y al otro lo sacan del fondo más animado que unas maracas. Viene ahora de subida, tras ese trallazo de alma de Sandro ante la Real Sociedad (1-0). Tres puntos que sueltan lastre de nervios y que de sumarse a seis en la puntita más guasona de Andalucía supondrían una ventaja insignificante pero aliviadora para afrontar los últimos nueve en juego. Porque ahora toca posicionarse mejor que los otros, enhebrar buenas sensaciones, arañar el descuento a los puntos necesarios para subsistir, esos que acaricia el rival, el Cádiz, que de ganar certificaría el proceso que quiere el Huesca: subir de Segunda y añadir otra temporada en Primera.

Porque poco queda de esa pelea que ambos contendientes libraron el año pasado, esa que hizo que el Huesca fuera campeón tras el adelantamiento en la línea de meta sobre los amarillos de Cádiz. Ahora están en el otro hemisferio.

La victoria tapa todo. Hasta quizá lo crucial. Y eso fue, como definió Pacheta, quizá el partido más completo del Huesca en la temporada. No el más bello, pero sí otro distinto a los pasados, con mayor confianza, más piernas y ritmo, más combinación y la mayor seguridad atrás. Que se repita esta versión sería el principio de la alegría y de la esperanza, porque ese Huesca es difícil de ganar.

Las dudas no quedan ahí, porque el entrenador del Huesca ha abierto el debate a la portería. ¿Álvaro o Andrés? ¿Volverá la rotación o se mantendrá el riojano? Otros cambios son obligados, porque finalmente están cayendo aquellos que estaban en el filo de la sanción por acumulación de amarillas. Vieron la quinta ante la Real el medio Seoane y el capitán Pulido. Es obvio que en el central se quedará Vavro y amanecerá Gastón por el lesionado Insua. Eso si se repite la línea de tres centrales y no se decide dejarla en dos y engordar el centro del campo. El recambio del madrileño suena a Mosquera, con Doumbia si hubiera doble pivote, un jugador que siempre que ha salido ha cumplido. Este movimiento mantendría en el once a Rico como un regalo añadido a la firma del contrato de renovación anunciado esta semana. Y vuelve Ontiveros.

Habrá que comprobar el talante del Huesca ante un rival incómodo, más parecido al Alavés o Getafe que a la Real, que dejará dominarse, esperar ordenado atrás, para luego, sin mucha creación, generar peligro. Como en la ida (0-2). Esta estrategia le ha salido dolorosa al Huesca en sus frentes.

La firma de Cervera

Habrá que ver las intenciones del Cádiz a la hora del partido. Porque el último triunfo en Granada les ha dejado a la verita de la permanencia, que atraparían sin demora con una victoria. Eso puede provocarles una ferocidad y quizá eso sea bueno para el Huesca si tiene espacios y puede aprovecharlos. O puede que sabiendo la necesidad rival sea cueste en un planteamiento más habitual y reservado.

Porque el Cádiz sigue siendo un equipo de autor de Álvaro Cervera, mejor visitante (23 puntos) que casero (17). Ha conseguido reactivar al grupo tras una crisis en enero y trepar entre las alturas a principio de temporada, cuando salió vencedor en El Alcoraz (0-2). Negredo (7 goles) es su pichichi. Quezada, Cala, Perea y Álex Fernández son baja por lesión. 

Alineaciones probables

Cádiz: Ledesma; Iza Carcelén, Fali, Marcos Mauro, Espino; José Mari, Jonsson, Alejo, Jairo; Sobrino, Negredo.

SD Huesca: Álvaro Fernández; Maffeo, Vavro, Gastón Silva, Siovas, Javi Galán; Mosquera, Mikel Rico, Ferreiro; Sandro, Rafa Mir.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité Las Palmas).

Estadio: Ramón de Carranza.

Hora: 18.30