Las rígidas medidas anunciadas por la ministra de Sanidad, Ana Pastor, para evitar que el virus gástrico Norwalk llegue a España después de la presencia del crucero Aurora en Gibraltar se limitaron ayer a preguntas aleatorias a las personas que salían en vehículo de la colonia. Tampoco se hizo el cuestionario previsto a quienes transitaban a pie.

Pastor aseguró el lunes, una vez que el Aurora zarpó de Gibraltar y se restableció la libre circulación entre la colonia y España, que se activaría de inmediato un protocolo sanitario con una duración de 72 horas, consistente en una serie de preguntas a toda persona que entrara en el Peñón o saliera de él.

En ese cuestionario habría dos preguntas fundamentales: "¿Ha estado usted en el barco o en contacto con algún pasajero?" y "¿tiene vómitos, diarrea, mareos o fiebre? (los síntomas del Norwalk)". Además, el protocolo recoge un acuerdo con el Gobierno andaluz para la asistencia especial de las personas que pudieran contraer el virus y la puntual información si se detecta algún caso.

Aunque fuentes de Sanidad afirmaron ayer que la orden de realizar estas preguntas fue trasladada a la policía fronteriza, el control fue escaso y discriminado, pese a que el tránsito, según la policía, era casi la mitad de lo habitual. Normalmente cruzan a diario la frontera 5.000 personas y 3.000 vehículos. Algunos de los agentes que debían realizar las preguntas no las formularon con el argumento de que "nadie tiene cara de enfermo". Las mismas fuentes indicaron que se percibía una cierta intranquilidad, sobre todo entre los turistas, debido a la alarma social que desató la medida adoptada por el Gobierno de cerrar la frontera. Al menos 10 autobuses de turistas, con 600 personas a bordo, no pudieron entrar el lunes en la colonia, lo que provocó que durante la jornada de ayer las visitas procedentes de este sector sufrieran un descenso.

Según el Gobierno, no obstante, hasta las tres de la tarde el puesto sanitario que se encuentra en el control aduanero de La Línea de la Concepción, localidad fronteriza con Gibraltar, atendió a 22 personas que aseguraron tener malestar gástrico, pero el resultado de las pruebas que se les practicaron fue negativo. El delegado del Gobierno, Juan Ignacio Zoido, precisó que el control se realizará "las 24 horas del día". También habrá un refuerzo con sanitarios de Málaga y Sevilla "para acreditar que toda persona procedente de Gibraltar puede pasar sin riesgo para la salud de los españoles".

Mientras tanto, el Gobierno andaluz (socialista) mostró ayer su apoyo al cierre de la frontera y al protocolo sanitario adoptado porque el Aurora, con más de 500 pasajeros afectados en algún momento de su travesía, representaba "algo más que un riesgo encubierto", ya que cuando se anunció que existía un virus y las autoridades británicas "no fueron capaces de decir por escrito que no había peligro, quedaba la sospecha de que pudiera existir algo más".

En este sentido, un portavoz de la Junta precisó que el Gobierno central actuó según un principio de prevención, e insistió en que este asunto "pone de manifiesto que habría que dar un salto cualitativo en lo que tradicionalmente se ha abordado en las negociaciones" entre los gobiernos español y británico sobre el futuro de Gibraltar.