Hoy hace un año, la tripulación del helicóptero de Salvamento Marítimo Pesca 1 recibió el aviso de ir al rescate de un viejo petrolero. Con el relato de aquella tarde de tormenta fresco en sus memorias pueden decir que aquel no fue el rescate más difícil de sus vidas, pero sí es uno que ya ha hecho historia

15.35 horas. La tripulación del helicóptero Pesca 1 sobrevolaba la ría de Vigo buscando una embarcación que había roto su amarre por el temporal. A los 15 minutos, el piloto Carlos Riscos recibió el aviso urgente de que debían ir en auxilio de un petrolero. Coordenadas: 35 millas al noroeste de Vigo.

"Llegamos en menos de 10 minutos", recuerda el copiloto Fernando Sancho. El helicóptero se situó sobre la popa del viejo barco. El fuerte olor a petróleo inundó la cabina. Era el presagio de la tragedia.

"Estaban aterrorizados"

"Las olas, de siete metros, saltaban por encima de cubierta. El viento era de 100 kilómetros por hora y el barco estaba escorado 40 grados por estribor. Creíamos que el barco iba a volcar en cualquier momento", relata Sancho. José Luis Iglesias bajó los 30 metros que lo separaban del barco y organizó el rescate de la tripulación desde proa.

"Estaban aterrorizados. Se habían organizado en fila india para salir uno a uno, pero con maletas", recuerda Iglesias. Era imposible evacuarlos con los bultos. "Les arranqué las maletas de las manos. No podíamos perder tiempo". Desorientados, los tripulantes abrieron sus bolsas. Uno intentó llevarse un teclado. "Compran objetos de valor y los venden en Filipinas. Abandonaban el sueldo de muchos meses", justifica Iglesias.

A su llegada al aeropuerto de Vigo, los náufragos descendían del helicóptero llorando. "Se arrodillaban y besaban el suelo", asegura el mecánico Román de Antonio.