Un tremendo aguacero que descargó más de 90 litros por metro cuadrado y vientos cercanos a los 100 kilómetros por hora provocaron ayer grandes problemas en Melilla. La playa fue completamente engullida por el temporal, carreteras y edificios quedaron inundados, colegios e institutos tuvieron que cerrar y los juzgados suspendieron muchas vistas.

Las inclemencias provocaron la caída de árboles, farolas y cascotes de inmuebles, el desbordamiento del río y la suspensión de las comunicaciones. En Ceuta, el viento derribó una grúa.

El temporal azotó otras zonas del Mediterráneo. La lluvia y el viento obligaron a mantener la flota amarrada en Gandía (Valencia) y en Alcoy (Alicante) las precipitaciones causaron el desplome de un edificio deshabitado. En Almería falleció un marinero de un pesquero al golpearse cuando maniobraba en la cubierta.