Robert Scamardo conoce por partida doble los casos de pederastia de la Iglesia católica en Estados Unidos. El es un abogado de Tejas que representó a la diócesis de Galveston- Houston, negociando el pago de indemnizaciones a las víctimas a la baja, pero también es un hombre de 44 años que a los 15 sufrió abusos a manos de dos prelados de la diócesis de Austin. Hace poco, ya sin trabajar para la Iglesia, recibió una indemnización de casi 212.000 euros (más de 35 millones de pesetas).

Scamardo explica su caso en una entrevista publicada ayer por The New York Times . En ella desveló algunos de los entresijos de esas negociaciones entre la Iglesia y sus víctimas. Según el abogado, siempre es la Iglesia la que insiste en incluir cláusulas de confidencialidad, algo que algunos obispos han asegurado que también pedían las víctimas. El letrado cree que hay muchos más curas abusadores y víctimas de los conocidos.

Scamardo empezó a trabajar con las víctimas que se planteaban llevar sus casos a los tribunales, buscando fórmulas para limitar la responsabilidad de la Iglesia. Pero Scamardo, que dejó la Universidad Pontificia de Roma un año antes de ser sacerdote, luchaba con su propio caso, que ocultó a su mujer muchos años.

Además, un tribunal de Galway (Irlanda) condenó ayer a 12 años de prisión al sacerdote católico Maurice Tobin, de 71 años, acusado de haber abusado sexualmente de 25 alumnos internos en la escuela industrial de Letterfrack, en el condado de Galway, entre 1959 y 1974.