La bola de nieve en la que se ha convertido la crisis del Carmel desde que se pactaron las primeras indemnizaciones para los desalojados se hizo ayer un poco más grande, coincidiendo con la manifestación de apoyo a los afectados que recorrió ayer el centro de la ciudad.

La marcha, que congregó a más de 3.000 personas, tuvo como principal reivindicación la unificación para los 1.089 desalojados de los pagos por daños morales, lo que supondría que cada uno de ellos cobrase por este concepto los 30.000 euros (cinco millones de pesetas) que el Gobierno catalán acordó dar a las 34 familias que pierden su piso, en lugar de los 6.000 euros por unidad familiar (más lo que conceda el Gobierno) que les han prometido.

"Daños morales, para todos iguales" se convirtió en el lema más coreado de la marcha, en la que Fernando González, presidente de la Asociación de Vecinos del Carmel, anunció que "boicotearán" los trabajos de apuntalamiento de sus casas como medida de presión para que la Generalitat acepte sus demandas.

Las críticas a los políticos protagonizaron también la concentración con lemas como "Metro, sí, corrupción no" o "Más cemento y menos 3%". Joaquim Nadal, consejero de Política Territorial, pidió "tranquilidad" y mostró su confianza en que cada afectado percibirá la indemnización que le corresponda.