La clase de Religión católica no experimentará cambios respecto a la situación actual, al menos hasta que el Consejo de Estado se pronuncie sobre la eventualidad de que los alumnos que no sigan las clases confesionales puedan ser exonerados de cursar una alternativa, siempre que lo soliciten. Si la respuesta del órgano consultivo es afirmativa, desaparecería la obligatoriedad de permanecer en la escuela durante el tiempo que se destina a la Religión para aquellos alumnos que no se matriculen en esta materia.

La ley de calidad fijó una alternativa obligatoria a la Religión católica, una materia sobre el hecho religioso, que nunca se ha llegado a impartir porque el actual Gobierno suspendió la aplicación de la ley en este apartado. La fórmula en vigor, y que se quiere prorrogar, es la fijada en la LOGSE: una asignatura de oferta obligatoria para los centros y de elección voluntaria para el alumnado.

El debate previo a la confección del anteproyecto que se presentará el próximo 30 de marzo ha estado rodeado de polémica en este capítulo. La decisión del Consejo Escolar del Estado de reclamar que la asignatura confesional salga del currículo, avalada por la presidenta del organismo, Marta Mata, causó la indignación de las organizaciones católicas. La propuesta no tiene posibilidades de prosperar mientras no se reformen los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español de 1979. La confederación de padres de colegios católicos, CONCAPA, ha recogido más de tres millones de firmas para reclamar que la Religión tenga el mismo estatus que las Matemáticas.