El estado de salud del príncipe Rainiero de Mónaco, de 81 años, inquieta de manera alarmante a los monegascos, tras el último parte de su gabinete, que confirmó el miércoles que sigue manteniéndose "bajo respiración asistida" en el Centro Cardio-Torácico de Mónaco, aunque su estado se considera oficialmente "estacionario". "Las dificultades al respirar han hecho indispensable la instalación de una asistencia respiratoria mecánica", informó el comunicado hecho público por la tarde por los servicios de prensa de palacio.

A la espera de un boletín médico oficial (anunciado durante todo el día del miércoles, pero que se fue retrasando por razones no explicadas), el gabinete del príncipe optó por hacer público un comunicado que resumía la situación de su alteza, el príncipe Rainiero III, de la siguiente manera: "Tras una hospitalización de más de 15 días, a consecuencia de una infección bronco-pulmonar complicada con problemas cardiacos que necesitaron importantes tratamientos y una vigilancia médica rigurosa, una sobreinfección bronco-pulmonar aguada con insuficiencias cardiacas y renales obligó a trasladar el soberano al servicio de reanimación del centro" donde está ingresado. Estas dificultades "han hecho además indispensable una asistencia respiratoria mecánica", concluye el comunicado oficial, que ha sembrado la incertidumbre y la inquietud entre los monegascos.

Hasta el punto de que durante todo el día de ayer corrieron todo tipo de rumores, incluido el del fallecimiento del soberano. Periodistas de todo el mundo han comenzado a llegar al principado y las cámaras se amontonan ya ante el hospital y las proximidades de Palacio. El regreso precipitado de sus hijos, que acudieron inmeditamente a visitarlo el martes, y la permanencia el miércoles de Carolina en la cabecera de su cama se considera un "mal presagio" según los expertos.

También acudieron a verle el arzobispo de Mónaco, monseñor Bernard Barsi, así como el cura de la catedral, Philippe Blanc, visitas que fueron calificadas de "normales" por palacio. Como, afirman, también lo son las de sus tres hijos, el príncipe heredero Alberto, y Carolina y Estefanía. Sin embargo, a últimas horas del miércoles, los rumores sobre un desenlace fatal se hacían cada vez más persistentes.

Incluso se especulaba sobre la muerte clínica del soberano, retrasada voluntariamente para facilitar el inmediato traspaso de poderes que se prevé en la legislación monegasca. Como en muchas otras monarquías, el anuncio de la muerte del soberano estará acompañada por el "viva al príncipe Alberto ", lo que requiere un enorme trabajo para organizar simultáneamente los funerales estatales y la entronización del heredero.