Madrid. -- La madrugada del domingo, día 27 de marzo, comienza la hora de verano. Así, los relojes deberán adelantarse una hora (a las 02.00 horas serán las 03.00), en cumplimiento de la Directiva Comunitaria que rige el denominado cambio de hora y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea. De esta forma, se retrasan tanto el alba como el crepúsculo. El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Según estimaciones del (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en nuestro país el ahorro en iluminación en el sector doméstico, por el cambio de hora, durante los meses que tiene efecto; es decir, desde final de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5%. Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kilovatios hora, el ahorro sería de más de 6 euros por hogar y más de 60 millones de euros para el conjunto de ellos. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero del 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real decreto 236/2002, de 1 de marzo.