Desde el año 2003 Aragón dispone ya de un decreto que regula los tiempos máximos para una intervención en determinados procesos, como cirugía cardiaca, tanto valvular como coronaria; neoplasias de laringe, colon y recto, mama, vejiga, próstata, cérvix uterino y cuerpo de útero; cataratas; artrosis de cadera y de rodilla. Para ellos se establecen tiempos máximos de un mes en el caso de ser un paciente grave y de seis meses en las patologías más leves. Si no se cumple, el sistema público deriva al paciente a la privada. En la actualidad la comunidad registra una demora media de 57 días para una intervención, aunque el pasado mes de junio 330 aragoneses aguardaron más de seis meses.