El pulso venía de lejos. El hombre de 40 años que a última hora del martes mató a tiros con una escopeta a tres miembros de una misma familia gitana de Palomares (Almería) tenía presentada una denuncia contra otro miembro del clan, al parecer por una supuesta agresión, lo que provocó una fuerte reyerta en las horas previas al trágico suceso que acabó con la vida de un matrimonio de 46 y 42 años (J.S.T. y F.C.S.F.) y su hijo de 25 (C.S.S.).

Poco después de certificarse los fallecimientos, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se desplegaron en el pequeño núcleo almeriense --pertenece a Cuevas de Almanzora--, donde durante la noche y el día de ayer se respiró una tensa calma. Familares de los fallecidos avisaron tras conocer las muertes de que "lo peor" estaba "por llegar", aunque ya no se registraron más incidentes.

El subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés Herás, demandó ayer ante los medios de comunicación que "la serenidad continúe e impere el sentido común", y añadió que el dispositivo policial era "necesario y oportuno" ante la situación.

RACIONALIDAD Herás hizo un llamamiento para que se garanticen en la pedanía cuevana de Palomares y en todo el término municipal "muestras de madurez, civismo, cordura y racionalidad", como siempre ha demostrado Cuevas del Almanzora "en situaciones de adversidad". "Hacemos un llamamiento de solidaridad con los vecinos y ciudadanos afectados por este triste acto de violencia irracional", añadió.

El alcalde Cuevas de Almanzora, Jesús Caicedo, comentó por su parte que la situación estaba "controlada", aunque "dadas las circunstancias que rodean a las personas involucradas en los hechos", el caso es "complicado".

Los vecinos de la pedanía almeriense, mientras, no daban crédito a lo sucedido. Muchos de ellos comentaron ayer que desde ventanas y terrazas fueron testigos de todo lo acontecido el martes desde el primer minuto. El autor de los disparos es hijo de un conocido agricultor del municipio de Cuevas del Almanzora y los vecinos coinciden en apuntar que se trata de "un buen chaval", nada conflictivo y que nunca "ha dado que hablar" en el pueblo.

El enfrentamiento entre el agresor, J.A.Z.G, y la familia a la que pertenecían las tres víctimas no solo tiene como precedente la denuncia presentada el pasado día 21 contra uno de los miembros del clan, ya que hubo otra denuncia en el 2008, debido a la sustracción de maquinaria y herramientas de construcción aunque los investigadores no pueden relacionarla con el desencadenante del homicidio. En aquella ocasión, no se llegó a identificar a los autores del robo.