De esta guisa, con casco y sonrisa profident, se subió el martes Julienne Moore al bólido del piloto y especialista en películas de acción Tanner Foust. Pero tras unas cuantas vueltas a todo gas, televisadas para el popular programa de David Letterman, la actriz aparcó la sonrisa y confesó sentirse «mareada». Promocionaba en Nueva York su última película, Crazy, stupid, love (loco, estúpido, amor).