El hombre es vecino de Sort, en Lérida, pero su pesadilla estaba lejos, a 7.000 kilómetros, en República Dominicana, donde paraban desde hace 10 meses su hijo y la madre de este. Habían ido de vacaciones, con billete de regreso, pero llamó ella durante el viaje y dijo que no volvía; y que se quedaba al niño. El padre denunció el secuestro, dejó su trabajo y se dedicó en exclusiva a recuperar a su hijo, o al menos a intentarlo, y sus esfuerzos dieron fruto el martes, durante una operación en que la policía dominicana dio con los dos, la madre y el pequeño. El padre, Antonio Bordes, se reunió el mismo martes con su hijo, y hoy llegarán a Madrid.

"Finaliza un mal sueño", declaró en Santo Domingo a la agencia Efe, después de recuperar al pequeño. "Lo que quiero es tratar de seguir con la rutina de antes. Hará falta ayuda psicológica, claro. Tiene que volver al colegio e integrarse de nuevo con su grupo de amigos". Bordes contó que la madre le pedía dos millones de pesos dominicanos a cambio de su hijo (unos 37.000 euros), pero él siempre se negó. Según publica el diario El Nacional, sí realizó varios envíos de 50 dólares para la manutención del niño, lo cual resultó vital para que la autoridades pudieran dar con él.

"La mujer fue a retirar los fondos a una entidad bancaria de Puerto Plata (norte del país) y allí la localizaron los investigadores, quienes la siguieron durante varias horas, hasta que finalmente fue a recoger a su hijo, momento en que rescataron al menor". Lo peor de todo es que el niño vivía en condiciones precarias de higiene y alimentación, y su madre lo había forzado incluso a mendigar. Según declaró un portavoz consular español, estaba "en condiciones desastrosas, en una choza, al lado de unos cerdos, sin escolarizar, malnutrido y sin higiene".