El funeral por las tres personas muertas a tiros el pasado martes en Palomares se celebró ayer en la parroquia de esta pedanía de Cuevas de Almanzora (Almería) y, aunque se vivieron momentos de tensión, no se produjeron incidentes. Unos 300 familiares y amigos, procedentes de Cuevas y de los municipios cercanos de Vera, Antas y Sorbas, acompañaron a los féretros de los fallecidos: un matrimonio de 46 y 42 años y su hijo de 25. Los tres de etnia gitana. Ante la posibilidad de posibles altercados, se habían desplegado una veintena de guardias civiles y agentes de la Policía Local.

Los familiares de los fallecidos pidieron justicia y se oyeron gritos de "asesino" e, incluso, una de las hermanas de la fallecida instó a la familia del presunto autor de los disparos a "hacer la maleta e irse del pueblo". El agresor recibió el miércoles el alta médica y permanece en dependencias de la Guardia Civil a la espera de pasar a disposición judicial.