Tras varios tiras y aflojas, la delegación del Gobierno en Madrid autorizó ayer que la manifestación contra la visita del Papa pase por la Puerta del Sol, pero con la condición de que ni empezará ni acabará en la emblemática plaza --epicentro del movimiento del 15-M-- con el fin de evitar que los indignados traten de volver a instalarse en ella. La marcha, bajo el lema De mis impuestos, al Papa cero, recorrerá el 17 de agosto, víspera de la llegada de Benedicto XVI, calles "amplias, con visibilidad y facilidad para circular" con salida y llegada en la plaza de Tirso de Molina, como habían pedido las principales asociaciones convocantes, Europa Laica, la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL) y Redes Cristianas.

La protesta cuenta con el apoyo de 150 organizaciones, entre las que figuran Ecologistas en Acción e IU. Los convocantes se mostraron ayer satisfechos con el acuerdo y aseguraron que no ha habido ningún intento formal de vincular el 15-M con la manifestación, "aunque lógicamente podrán adherirse como cualquier ciudadano". "Hemos cedido poco porque nuestro objetivo principal e inamovible era empezar en Tirso de Molina y pasar por Sol. Lo demás era negociable", valoró Luis Vega, presidente de AMAL.

EL GASTO PÚBLICO Los presidentes de Europa Laica, Francisco Delgado, y de Redes Cristianas, Evaristo Villar, insistieron en que no la intención no es organizar una marcha antiPapa sino protestar por la forma --y el gasto público-- en que se ha organizado la visita de Benedicto XVI. "La manifestación se hace por boato, la implicación institucional con un evento privado que más le valdría a la Iglesia hacerlo más humildemente y con menos gasto". "Simplemente estamos defendiendo que no se utilice el dinero de todos los ciudadanos en servicio de una institución particular, y menos en un momento de crisis con 5 millones de parados", afirmó Villar en referencia a las Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Los organizadores han pedido al Fiscal General del Estado en un escrito que esté alerta por si el Papa se entromete en sus discursos con leyes en vigor o incita a la discriminación de algunos colectivos, en referencia por ejemplo al aborto y al matrimonio gay. Una vez finalice la JMJ, los laicos y ateos denunciarán ante el juez al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid por el gasto de fondos públicos. Según sus cuentas, el coste de la Jornada Mundial de la Juventud superará los 100 millones de euros. Luis Vega citó como un ejemplo los 20 millones de euros que dejarán de ingresar las arcas públicas con la deducción de un 80% en el precio de los billetes de autobús y Metro a los peregrinos.

RECHAZO DEL PP El visto bueno a la marcha no causó ni "sorpresa ni preocupación" en el Vaticano, afirmó su portavoz, Federico Lombardi. Pero sí provocó el rechazo del Partido Popular, que gobierna el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. El popular Íñigo Enríquez de Luna aseguró que la autorización "atenta contra el derecho de la organización de la JMJ a celebrar la visita del Papa en libertad y sin coacciones" y añadió que la decisión de la Delegación del Gobierno "promueve el enfrentamiento entre los ciudadanos".