La mezquita de Zawiya Alawiya, situada en el cerro de la Palma Santa de Melilla, se ha convertido un año más en el centro de peregrinaje de cientos de musulmanes, llegados desde distintas partes de Marruecos y Europa, que han participado en un gran rezo multitudinario donde han pedido por la paz mundial.

A lo largo de los últimos tres días, alrededor de 2.000 fieles, pertenecientes a la corriente sufí, han pasado por este lugar santo, donde la exaltación del espíritu, a través de la oración, se convierte en una guía para todos aquellos que visitan la mezquita.

El rezo principal se ha desarrollado a lo largo de la noche del sábado y parte de la madrugada del domingo, donde se ha leído el Corán y los más longevos han trasmitido sus consejos a los más jóvenes, a los que han invitado a llevar una vida recta.

La festividad de la Zawiya Alawiya se debe a Sied Mohamedi At-Tahiri, un hombre que en los años 20 fue víctima de la represión por el temor que generaba entre las autoridades españolas el hecho de despertar la devoción de numerosos creyentes musulmanes.

Estuvo encarcelado en varios presidios por este motivo, pero el rey Alfonso XIII le concedió la libertad y le permitió que continuara con su labor en la mezquita que él mismo levantó en la ciudad autónoma, en el llamado Cerro de la Palma Santa.

A su muerte en 1946, su hijo, Hach Mimon Sidi Mohamedi Hach Tahar siguió los pasos de su padre, hasta su fallecimiento hace unos años, y ahora es el nieto el que cuida de la mezquita.

Un año más, Melilla ha sido una cita ineludible para el peregrinaje de estos cientos de devotos musulmanes, si bien la fecha de celebración en esta ocasión se ha retrasado unas semanas por el mes sagrado de Ramadán.

El presidente melillense, Juan José Imbroda, también ha compartido esta cita con los peregrinos, un gesto que acostumbra hacer que demuestra la interrelación cultural que existe en la ciudad autónoma, considerada un crisol de culturas.