Soluciones contra la pobreza y el cambio climático

El debate sobre “Modelos de innovación social para asegurar el desarrollo a largo plazo” destacó el papel fundamental que juegan las alianzas en la ayuda al desarrollo. Esta colaboración entre países, entidades privadas y financieras se hace necesaria para satisfacer la necesidad social y el desarrollo sostenible.

El encuentro, presentado y moderado por la periodista Isabel Benítez, ha contado con la aportación de los expertos José Gabriel Martín, director gerente de Acciona.org; Eva del Hoyo, directora general de Políticas de Desarrollo Sostenible; Laura Fernández, responsable de Mujer y Sostenibilidad de la Fundación Microfinanzas BBVA; Pablo Esteban, senior SRI advisor de Spainsif; y José Moisés Martín, CEO de Red2Red.

Todos ellos coinciden en que la cooperación es clave para el desarrollo sostenible, y que tener una agenda común tantos países, es ya un gran avance. Según Laura Fernández “Estamos en la senda correcta porque la agenda 2030 nos guía a todos: gobiernos, sociedad civil, sector privado... Hay un entendimiento muy claro de que tenemos que estar todos subidos en este barco”

Intervenciones de calidad

El evento organizado por Prensa Ibérica y Acciona, ha tratado como tema los principales retos globales a los que nos enfrentamos, así como la búsqueda de soluciones escalables que generen un impacto real. En su aportación, el experto José Moisés Martín Carretero, CEO de la empresa Red2Red, comenta que, para tener un efecto mayor en los proyectos “Muchas veces es mejor hacer menos intervenciones piloto, pero si con más escalabilidad”.

Además, José Moisés, nos ilustra con un ejemplo, en el que, sorprendentemente, al medir los programas de transferencias monetarias, descubrieron que dar dinero a alguien como renta básica, genera más impacto sobre las personas que otras acciones realizadas antes. Esto, que podría parecer a priori algo contraintuitivo, es lo que revelan los sistemas de medición. Así que, en contra de lo que siempre hemos pensado, a veces es mejor dar el pez que enseñar a pescar. Por lo tanto, medir bien el impacto y tener evidencias fiables, puede hacer la forma de trabajar más efectiva.

Agenda 2030

En un momento en el que la situación global no es fácil debido a la Guerra de Ucrania y a la inflación, que afecta sobre todo a los más vulnerables, la agenda 2030 hace una función primordial. Este gran acuerdo, que fue firmado por 193 países, tiene como principales metas: luchar contra el cambio climático y la desigualdad social. En definitiva, tiene como objetivo crear un mundo justo. La colaboración entre países se centra, entre otros objetivos, en aspectos como trabajar con las comunidades locales. Para ello, se hace importante escuchar las necesidades de los países receptores de estas ayudas.

Los proyectos sostenibles

La fundación sin fines de lucro, Acciona.org, tiene como propósito contribuir al desarrollo de la población y reducir la pobreza. Para ello, se valen de lo que mejor sabe hacer la compañía: desarrollo de infraestructuras, energías renovables y proyectos vinculados al ciclo del agua. En realidad, la fundación detectó que existían necesidades en poblaciones aisladas, donde no llegaba ni iba a llegar agua potable y electricidad. Gracias a sus proyectos, son cerca de 100.000 las personas beneficiadas en Perú, México, Panamá, Chile y Filipinas. Porque, llevando luz a los lugares más recónditos del planeta se consigue mejorar la educación y el progreso económico, pero también promover las relaciones familiares y la convivencia entre vecinos.

Ponentes debate `Modelos de innovación social´

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Financiación

La pandemia y la Guerra de Ucrania han traído dos aspectos positivos: una mayor conciencia de la población sobre la responsabilidad de lo que sucede en otras partes del mundo y la necesidad de trabajar todos juntos. Esto, ha ayudado a que se produzcan importantes avances en cuanto al asunto de la financiación.

La inversión privada juega un papel fundamental en la ayuda al desarrollo. Según Pablo Esteban, Senior SRI de Spainsif “En el año 2009 la inversión sostenible era de 77.000 millones de euros. Hoy en día estamos hablando de 380.000 millones de euros”. Este incremento, se produce gracias a que nos une el logro de los objetivos de desarrollo sostenible y la necesidad de medir el impacto de todos los proyectos y acciones. Los inversores, más que nunca, desean ejercer como engagement, es decir, influenciar a las empresas, a través de sus inversiones, para que estas tengan un impacto y adopten una serie planes concretos de acción.

Vamos en la senda correcta, pero todavía hay mucho que hacer. Según Eva del Hoyo, directora general de Políticas de Desarrollo Sostenible ““Con la AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) no es suficiente. Necesitamos inversión privada, canjes de deuda, tecnología, una fiscalidad justa y redistributiva. Y todos los actores son cada vez más conscientes de esta necesidad”.