Ecología

La pérdida de superficie forestal mundial aumentó en un 4 % durante 2022

La deforestación se ceba especialmente con los bosques tropicales, y la situación en Latinoamérica y el Caribe, y especialmente en Brasil y Bolivia, fue la más preocupante

Foto aérea de la selva del Amazonas.

Foto aérea de la selva del Amazonas. / Shutterstock

EFE

En 2002, la deforestación del planeta aumentó un 4 %, en comparación con 2021, con la pérdida de 6,6 millones de hectáreas de bosque, lo que amenaza el objetivo de eliminar para 2030 la pérdida de masa arbórea, según un informe dado a conocer este lunes.

El estudio de Forest Declaration Assessment (FDA), una coalición de organizaciones de la sociedad civil que monitorea la deforestación del planeta, constató que los datos de 2022 suponen una aceleración de la destrucción de los bosques y un retroceso en el compromiso global de eliminar la pérdida forestal para 2030.

Los autores del estudio señalaron que con el retroceso de 2022, el mundo necesitaría reducir este año la deforestación un 27,8 % para mantener el objetivo de 2030.

La deforestación se ha intensificado especialmente en los bosques tropicales, los más densos y vírgenes del planeta, de los que se destruyeron 4,1 millones de hectáreas en 2022.

Y de todas las regiones del mundo, la situación en Latinoamérica y el Caribe, y especialmente en Brasil y Bolivia, fue la más preocupante. En la región, la deforestación aumentó en 2022 un 8 % con respecto a la línea base, que es la pérdida media del periodo 2018-2020.

En el caso de Brasil, los autores del informe constataron a partir de 2023 un rápido cambio para proteger los bosques, mejoría que no aparece reflejada en los datos publicados.

A diferencia de Latinoamérica, en Asia la deforestación disminuyó un 18 % y países como Malasia e Indonesia cumplieron con sus objetivos para 2022.

Aumenta la pérdida de bosques primarios

Otro punto de preocupación para los autores del informe es que en las regiones tropicales de África, Asia y Latinoamérica y el Caribe, la pérdida de bosques primarios (vírgenes) se incrementó un 6 % en 2022.

Y fuera de los trópicos, en los bosques boreales y templados, aunque la deforestación es reducida, se está produciendo una significativa degradación por lo que FDA solicita a los países europeos y norteamericanos una mejor protección de estas masas forestales.

Franziska Haupt, una de las principales autoras del informe y gerente de la organización Climate Focus, expresó su optimismo a pesar de la aceleración en la pérdida de bosques.

“La esperanza no está perdida. También hemos constatado que alrededor de 50 países están en vías para poner fin a la deforestación en sus fronteras”, explicó en un comunicado.

“Algunos de los principales países tropicales, como Brasil, Indonesia y Malasia, han conseguido drásticas reducciones en pérdidas forestales. Las reformas no son fáciles y estos países son un claro ejemplo que otros deben seguir”, añadió Haupt.

En este sentido, “Forest Pathways 2023”, un segundo informe de WWF dado a conocer también este lunes, explicó que a pesar de la aceleración de la deforestación, es posible conseguir el objetivo de 2030 si el sector privado y las administraciones públicas mantienen sus promesas.

El estudio de WWF se hace eco de las conclusiones de FDA y critica que subsidios que dañan el medio ambiente superan al menos en 100 veces la financiación que se destina a proteger bosques.

De hecho, FDA cifró en sólo 2.200 millones de dólares lo que las administraciones públicas destinan al año a los bosques.

El daño de los subsidios

En comparación, Erin Matson, coordinadora de FDA, declaró a Efe que cada año se destinan unos 500.000 millones de dólares para financiar actividades que dañan la masa arbórea.

Tanto Matson como Edegar Oliveira, de WWF Brasil, indicaron a preguntas de Efe que es necesario reconvertir los subsidios y utilizarlos para fomentar prácticas que no destruyan bosques, de forma que agricultores y comunidades puedan seguir beneficiándose de las ayudas.

La destrucción forestal supone que los bosques tropicales han empezado a ser una fuente de emisión de carbono, en vez de retener el CO2, lo que acelerará la crisis climática.

FDA calculó que las emisiones de gases con efecto invernadero resultantes de la deforestación aumentaron un 6 % en 2022 y alcanzaron el equivalente a 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Fran Price, responsable de WWF Bosques Globales, declaró que “el mundo está dando la espalda a los bosques, lo que tendrá consecuencias devastadoras a escala mundial. Sin bosques, es imposible revertir la pérdida de la naturaleza, responder a la crisis climática y desarrollar economías sustentables”.

“Gobiernos y empresas tienen la enorme responsabilidad de conducirnos al camino apropiado. No necesitamos nuevos objetivos sino cumplir los objetivos ya establecidos con una ambición sin concesiones, rapidez y con rendición de cuentas”, añadió.

El informe de FDA apunta a la agricultura y ganadería como los principales culpables de la pérdida de bosques en los trópicos aunque otras actividades, como la construcción de carreteras, incendios y la industria maderera, también contribuyen.

WWF solicitó el fin de inversiones y subsidios que son responsables de la destrucción cada año de 2,2 millones de hectáreas de bosque.

Además, la organización demandó la reforma de las normas de comercio internacional que dañan los bosques y que se acelere el reconocimiento de los derechos sobre el territorio de los pueblos indígenas.