El magistrado instructor del crimen machista de Katia, ocurrido el pasado fin de semana en Zaragoza, quiere saber la situación de imputabilidad del asesino Rubén Calvo Ropero. Para ello firmó ayer un auto en el que solicita a los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) que realicen una valoración psiquiátrica del joven de 31 años.

Sobre la mesa está si el asesinato de la joven nicaragüense de 35 años puede también enmarcarse en la esquizofrenia diagnosticada del arrestado. Pero no es el único punto que el magistrado titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza quiere aclarar, ya que también se ha interesado sobre el supuesto consumo de drogas del joven. De hecho, esta habría sido la razón, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, de que Katia fuera al piso del número 31 de la calle Leopoldo Romeo en que fue asesinada pese a la orden de alejamiento en vigor. Ella expresó a su suegro que iba a ayudarle en su drogadicción, llegando a decirle: «No creo que me haga daño, hace mucho que no me lastima».

Para poder determinarlo, autorizó el análisis de las muestras intervenidas en la uci del hospital Miguel Servet de Zaragoza en el que permanece ingresado. Cuando reciba el alta será trasladado a la cárcel de Zuera y será llamado a declarar por el juzgado en calidad de investigado por un delito de homicidio y otro de quebrantamiento de condena.

Repatriación

El juez instructor no ve ningún tipo de impedimento para repatriar el cadáver de Katia a su país natal, aunque antes de autorizarlo pidió al IMLA que «en cuanto sea posible aporten el informe de la autopsia realizada con información sobre las muestras que han sido remitidas para análisis en su caso y que informen sobre la posibilidad de entrega del cuerpo a los familiares. Eso sí, al no ser una causa juzgada y por si fuera necesaria una exhumación para llevar a cabo algún tipo de prueba, el magistrado condiciona este procedimiento al enterramiento del cuerpo y prohíbe la incineración. Mientras, Concepción Blandon, madre de la joven, mostró su intención de volver a tener a su hija cerca a través de los medios de comunicación de su país.

De hecho, la comunidad nicaragüense hizo un llamamiento para ayudar económicamente a la familia para la repatriación. «Necesito que me apoyen, que me ayuden para trasladar el cadáver porque yo deseo traer el cuerpo para acá. Con lo poco que tengan para ayudarme yo lo agradecería», afirmó Concepción. No obstante, el Ayuntamiento de Zaragoza se comprometió a asumir los gastos.

«Se fue a España porque quería hacerse un hogar», afirmó Concepción, quien recalcó que «era bien buena, bien importante porque cuando yo estaba enferma era la que me llevaba al médico, pero ahora que no la tengo me siento mal».