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Los acusados, al comienzo de la vista oral, que durará cuatro días más.JAIME GALINDO

JUICIO EN LA AUDIENCIA DE ZARAGOZA

Juzgan a cinco personas en Zaragoza por la presunta defraudación de subvenciones por más de un millón de euros

Tres acusados se niegan a declarar y otros dos rechazan su intervención en el asunto

Cinco personas de distintas sociedades mercantiles se han sentado esta mañana en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza acusadas de la presunta defraudación de subvenciones públicas por valor de más de un millón de euros, un delito por el que se cada uno de ellos se expone a entre 3 y 4 años de cárcel. Asimismo se solicita que se les imponga una multa de 1,5 millones de euros.

En principio, los imputados desempeñaban distintos cargos en un entramado de sociedades y una de ellas, Aznabian SL, se dedicaba a realizar ignifugaciones en edificios. Por ello solicitaron subvenciones oficiales al Ministerio de Industria y al Instituto Aragonés de Fomento (IAF) con el fin de realizar su actividad en una nave en construcción en Calamocha.

El dinero se desvió a viajes, hoteles y regalos, según la acusación

Pero parte de ese dinero, al parecer, se destinó a fines ajenos a la gestión mercantil, como cruceros, regalos de joyería y estancias en hoteles de Andorra la Vella, según las acusaciones. Esta versión fue negada por la defensa, desempeñada entre otros por los letrados Ricardo Esteban, Armando Martínez y José Antonio Correas, que mantienen que la nave de Calamocha fue efectivamente construida, por lo que no cabe hablar de defraudación.

Los acusados José Luis. G., Fidel G. V. y José María N. se ampararon en su derecho constitucional a no prestar declaración. Sin embargo, sí prestaron declaración Teresa P. L y Eduardo O. L. La primera, que trabajaba en una gestoría del edificio Aída y era pareja de uno de los acusados (Fidel G. V.), a la vez que ejercía de apoderada de Aznabian.

"Fidel me dijo que estaba construida y yo me lo creí", dijo Teresa en relación a la nave de Calamocha. "Me fui de Aznabian porque no me enteraba de nada", añadió la misma acusada, que reconocía haber realizado viajes y recibido regalos de los que desconocía el origen del dinero. Dejó sentado que no tenía nada que ver con el asunto de las subvenciones.

"Me caían broncas por preguntar"

Aznabian llegó a ser una empresa con un buen funcionamiento que quedó reflejado en trabajos para Mercadona, los túneles de Somport y empresas radicadas en Normandía. "Me regalaron algún anillo, pero a mí no me llegaba nada", precisó. Y manifestó que se marchó en 2011 de Aznabian porque le caían "broncas continuamente" por preguntar por las operaciones.

Eduardo O. L. aseguró que fue contratado como liquidador y administrador de Yes For Innovation, "para ayudar en cuestiones de papeleo" y que no cobró nada. "Era echar una mano a un amigo", aclaró, en referencia a José María N., responsable de Biodiésel Ebro SL.

Sin embargo, recalcó que desconocía todo lo relativo a las subvenciones y que no tenía conocimientos de contabilidad. Lamentó asimismo que fue contratado por un corto periodo de tiempo pero que su tiempo de servicio "se alargó".

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