Las fiestas del Ángel de Teruel ya tiene cartel para el año que será recordado como el del reencuentro. Con 565 votos (el 24,08% del total validado), El espíritu vaquillero, de María Giménez Fortea, será el diseño que tenga un lugar en la historia de la tradición festiva turolense.

"No me lo esperaba para nada. Era la primera vez que me presentaba, aunque mi madre me había insistido ya varias veces. Al final me animé para que no se diga que no lo he intentado", explica a este periódico la autora.

Su diseño fue el elegido por votación popular en un proceso que comenzó con 71 propuestas y donde 10 pasaron a la final. La segunda propuesta más votada ha logrado 427 votos (18,20%). "Estoy muy agradecida a toda la gente que me ha votado y que se ha volcado por compartir el enlace de mi cartel", expresa. Del cartel de Giménez se hará una tirada de 2.500 ejemplares que serán repartidos, principalmente, por toda la ciudad y la provincia.

María Giménez Fortea, autora del diseño ganador Servicio especial

El espíritu vaquillero conjuga los símbolos de Teruel al tiempo que mantiene vivo el recuerdo de los dos años de ausencia obligada por la pandemia. "Es un toro alado que mira hacia atrás desafiando al pasado, que quiere decir que vuelve con la misma intensidad y fuerza. Es un guiño a las fiestas que no se han podido celebrar. también está presente", desgrana Giménez. Tampoco podían faltar la estrella mudéjar, otro símbolo de la ciudad. 

Los lazos que unen a esta zaragozana, que reside y trabaja desde hace siete años en Reino Unido como diseñadora gráfica, con Teruel son estrechos. Allí nacieron sus padres y hermanos. "Para mí, La Vaquilla es una fiesta icónica. El elemento emocional ha estado muy presente porque con mi familia siempre he vivido esta fiesta de una manera muy intensa. Es una forma también de hacerles un homenaje por todo lo que he vivido durante tanto tiempo. Eso pesó para presentarme", asegura. 

Cartel de la Vaquilla 2022

El proceso hasta dar con la apuesta definitiva fue un proceso que, en cierta manera, se fue cociendo poco a poco, aunque de manera inconsciente. "Llevaba años viendo los carteles y tenía claro lo que se busca. Tenía varios bocetos e ideas, pero vi que no funcionaban como quería. Cuando se me ocurrió el toro alado, uniendo también la simbología del ángel, vi que ese era el camino", comienza a disertar. Sobre esa base empezó a dar forma a la idea que, a la postre, sería la definitiva: "También tenía claro que había que incorporar algún elemento mudéjar, porque es otro de los símbolos de Teruel y usar bien los colores. Tenía muy clara la iconografía de la ciudad". El resultado final vería a la luz en, aproximadamente, una semana. 

Una fiesta que este año no va a poder disfrutar, pero sí espera hacerlo el próximo, en el que descarta presentar otro diseño: "Me doy por satisfecha".