El mayor daño que el caso Stormy Daniels va a hacerle en un principio a Donald Trump es que durante seis u ocho semanas solo podrá acudir a mítines los fines de semana. Aunque lo cierto es que si finalmente acude al juzgado como ha prometido, seguramente hará campaña desde allí en las declaraciones a la entrada y a la salida, porque no habrá cámaras de televisión en el interior. El juez le ha prohibido atacarle a él, a testigos y a fiscales, así como a sus familias. Pero el expresidente no suele obedecer a estos mandatos. Las 12 personas que están eligiendo ahora para el jurado -una tarea fundamental y que será exhaustiva- necesitan unanimidad para declararlo culpable. Trump se enfrenta a 34 cargos. Casi todos se basan en hacer pasar por gastos legales los sobornos a Stormy Daniels. Cada uno incluye penas que van de los 14 meses de cárcel a los cuatro años, pero el juez puede decidir que cumpla las penas simultáneamente o dejarlo en libertad condicional por no tener antecedentes penales. Si decide que vaya a prisión, entraríamos de nuevo en territorio desconocido.