Apenas un día por tierras asturianas y Meryl Streep ya ha dejado claro que ha venido a recoger un premio por ser la actriz que es, pero que va a disfrutar de las pequeñas cosas, del aplauso de los fans o de unas gaitas que animan su llegada y que ella corresponde bailando con naturalidad. Tras los pasos de baile, el encuentro con unos estudiantes que han jugado a imaginar otras escenas a sus películas. Y de nuevo una Meryl Streep familiar, celebrando esos giros de guion con amabilidad y una sonrisa. La guinda a la jornada se la ha dado un invitado nacional bien conocido en Hollywood. Antonio Banderas ha hecho los honores para una distendida charla de cine.