El Museo del Fuego y de los Bomberos de Zaragoza ha rehabilitado una camilla para transportar difuntos y, para el próximo año está prevista la de un carruaje de tres ruedas para trasladar a la autoridades de bomberos de París. Ambas datan del siglo XIX.

La camilla con ruedas para el transporte de difuntos es de 1850 y perteneció a la Compañía de Bomberos de Madrid. Era un aparato muy habitual en esa época ante las numerosas epidemias de cólera o tuberculosis que hubo en esos años. Está hecha de hierro, madera pintada de rojo, y el asidero es de porcelana blanca.

Mide 156 centímetros de largo por 58 centímetros de ancho, tiene dos ejes y en cada uno un par de ruedas, siendo más grandes las posteriores. La estructura perimetal es acolchada de piel rellana de paja y posee un orificio central para la evacuación de los fluidos del cuerpo, además de correajes de cuero para sujetar al difunto.

La coordinadora del Museo del Fuego de Zaragoza, Guillermina Jodra, ha explicado que la restauración se ha llevado a cabo en el año 2020 por la empresa La Falsa, de Zaragoza, especializada en este tipo de objetos y que se caracteriza por "hacer una intervención de conservación en la que se respeta al máximo el estado original".

Carruaje del inspector

Para el próximo año está previsto llevar a cabo la restauración de un carruaje destinado al traslado del jefe de Bomberos de París a los siniestros con la finalidad de que diera fe del suceso y levantara un parte.

Este carruaje es de tres ruedas, dispone de reposapiés y una capota plegable de cuero. La apariencia es de un triciclo grande. Es uniplaza, la autoridad iba sentada en el asiento ubicado entre las dos ruedas y a la altura del reposapiés dispone de una rueda que hace de timón de la dirección y que manejaba con una manubrio. Detrás cuenta con un asa de empuje donde se situaba otra persona de inferior rango que era la que ejercía el movimiento para que el vehículo avanzara.

También data del siglo XIX y, al igual, que la camilla para transportar difuntos forman parte de las compras del Museo del Fuego dentro del presupuesto de adquisición de material.

Desde 1981

Estas piezas se adquieren desde que se inicia la colección que posee el Museo del Fuego de Zaragoza, a partir de 1981, cuando, con motivo del 50 aniversario del Cuerpo de Bomberos se hace una exposición en La Lonja, que tuvo tanto éxito y solo con los fondos que había entonces que se trabaja la idea de hacer alguna muestra permanente, ha relatado Guillermina Jodra.

Desde los años 80 esta muestra permanente empieza a cobrar vida al comenzar a guardar objetos y buscar otros fuera de Zaragoza. Se contacta con un coleccionista de Barcelona, ya fallecido, que era un "apasionado del trabajo de los bomberos". En concreto estas dos piezas se compran en 1989 "por ser muy curiosas y se han mantenido en buenas condiciones hasta que se ha podido acometer su restauración", ha contado Jodra.

Los fondos del Museo del Fuego superan las 12.000 piezas, pero entre ellas, casi la mitad, figuran 6.000 escudos de tela para poner en la pechera de las chaquetas de los bomberos que son de distintas épocas y países. Casi todas son desde los años 60 en adelante y un dato curioso es que mucho bomberos visitantes extranjeros hacen donaciones de sus escudos.

Piezas emblemáticas

Entre el resto del material del Museo del Fuego hay elementos de todo tipo entre mangueras, escaleras, coches y tanques de agua, como un "Merry Wheather" que es "emblemático" de los bomberos de Londres. Data de finales del siglo XIX está hecho en madera pintada en rojo que conserva hasta el tubo original de cristal que conecta dos grifos del tanque de latón.

Esta pieza, que se exhibe en el claustro del Museo del Fuego de Zaragoza ha sido la última en restaurarse y, entre las pendientes está un vehículo polivalente que se utilizaba para diferente servicios, que "es una preciosidad, pero tendrá que esperar" porque la recuperación de todos estas piezas exige de cierto desembolso, ha señalado la coordinadora de este equipamiento municipal.

Finalmente, Guillermina Jodra ha comentado que se piensa en reestructurar la musealización de las distintas salas, en las que se exhibirían de forma permanente los nuevos objetos recuperados porque "son muy curiosos".

Edificio histórico

Ubicado en la calle Ramón y Cajal de Zaragoza, el Museo del Fuego y de los Bomberos, se alberga en el que fuera el Convento de Mínimos de la Victoria, un edificio de los siglo XVI-XVII, que se utilizó tras la desamortización de Mendizábal para usos civiles hasta que se convirtió en parque de bomberos en 1900.

Precisamente, en una vitrina se exhiben trozos de vasijas y azulejos del pavimento de este antiguo convento, que ha cedido la Universidad de Zaragoza para su difusión entre los visitantes de este museo.

En sus instalaciones se exponen bombas de tracción animal y de vapor y en el claustro del edificio están colgada distintas mangueras y varias piezas restauradas. Entre ellos, una escalera extensible, un vehículo de Bomberos de Zaragoza de 1945, otro del Ayuntamiento de Huesca y también otro de Teruel.