El Ministerio de Medio Ambiente encargó a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que analizase otras alternativas al embalse de Biscarrués. Lo hizo después de que la Comisión del Agua aprobase su documento definitivo en el que se decantaba por la pieza de regulación de 35 hectómetros cúbicos con cinco balsas laterales. En la encomienda para llevar a cabo el estudio de impacto ambiental --que todavía no está resuelto-- se deja claro que es conveniente "ampliar el abanico de posibles alternativas".

Una versión que contrasta con la que ofreció la actual ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, que aseguró que "no se ha barajado ninguna otra opción" que no pase por la construcción del embalse de 35 hectómetros cúbicos. Aseguró además, que en ningún momento se ha sopesado sustituir la presa del cauce por las seis balsas laterales --que era una de las alternativas de las que dejó constancia la Comisión del Agua--.

El documento, al que ha tenido acceso este diario, es claro en cuanto a las recomendaciones de Medio Ambiente. "Es necesario que las alternativas se generen sobre el conjunto de los elementos del sistema que se pretende mejorar, y no sobre la presa de Biscarrués. Por parte de algunos consultados, se han sugerido actuaciones alternativas que podrían hacer innecesaria la construcción del embalse de Biscurrués, y que pueden ser objeto de evaluación", dice. Lo que evidencia que el ministerio dudó desde buen principio de que la pieza de regulación del cauce fuese no solo la única opción, sino además la mejor.

TENSIONES Este documento deja también constancia de que en el seno del Ministerio de Medio Ambiente se han producido fuertes tensiones alrededor de este proyecto. Centradas precisamente entre los que apostaban por tener en cuenta, estudiar e incluso optar por las alternativas --la Secretaría de Estado de Cambio Climático-- y los que eran partidarios del embalse. Esta pugna quedó finalmente resuelta con las palabras de Rosa Aguilar, que dejó claro no solo que el proyecto del embalse seguía vigente, sino que además la declaración de impacto ambiental será --cuando se produzca-- afirmativa.

Y eso que en el mismo documento se dice que "la alternativa global de actuación que resulte finalmente elegida debe contribuir de una forma clara e inequívoca a garantizar el cumplimiento de los objetivos y compromisos de la directiva marco, especialmente el de garantizar el mantenimiento de un estado ecológico del río Gállego".