La Brigada de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía detuvo ayer durante cerca de ocho horas al exteniente de alcalde de Infraestucturas y Participación del Ayuntamiento de Zaragoza y actual coordinador del grupo municipal del PSOE, Antonio Becerril, en uno de los flecos de la pieza separada de la Operación Molinos en la que el exedil está imputado junto con cuatro empresarios --entre ellos el exalcalde de La Muela Carmelo Aured-- por tráfico de influencias y revelación de secretos.

La operación, iniciada a las nueve de la mañana, incluyó el registro del domicilio del político, en el que los investigadores solo hallaron unos 200 euros en metálico cuando el informe en el que se basó el dispositivo concluía que allí podría haber "elevadas cantidades de dinero en efectivo", además de papeles relacionados con mordidas y sobornos y, por último, pistas que pudieran conducir a "cuentas en el extranjero" controladas por el exconcejal y exdirigente socialista.

Los agentes intervinieron algunos documentos, aunque ayer no trascendió su contenido. Una portavoz oficial de la Jefatura Superior de Policía declinó ofrecer ningún dato --eludió confirmar la detención-- sobre la operación.

La suegra del exedil, de 85 años, sufrió una indisposición al ver cómo la Policía llegaba al domicilio de su hija --también presente-- y su yerno, detenía a este último y comenzaba un concienzudo registro de la vivienda.

INSTRUCCIÓN El arresto, autorizado por el magistrado del Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza --su titular, Francisco Picazo, instruye el caso-- a petición de la Brigada de Blanqueo, tiene su origen en un informe de los investigadores que señala a Becerril como sospechoso de los delitos de cohecho --soborno-- y blanqueo --reintroducción de dinero sucio en los circuitos legales--.

El documento se basa en el análisis de las cuentas bancarias en las que Becerril aparece como titular o apoderado. El elevado número de libretas se debe a dos motivos: uno, haber liderado durante varios años la agrupación del PSOE de Garrapinillos --tiene en torno al centenar de afiliados--; el otro, las normas impuestas hace ocho años por el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero, que obliga a ingresar en una cuenta las cuotas de los afiliados de listado y en otra, las de aquellos reacios a figurar como militantes.

16.000 EUROS La Brigada de Blanqueo detectó que en los ejercicios del 2008 al 2010 --Becerril está encartado y suspendido de militancia desde la primavera del 2009-- llegaron a esas cuentas vía transferencia y en efectivo unos 16.000 euros --5.330 de media anual-- cuya procedencia no está acreditada. Los investigadores relacionan esos movimientos de dinero con un supuesto cobro de comisiones, aunque estas supondrían apenas un 0,1% de los 14 millones en los que están valoradas las contratas cuya adjudicación está bajo sospecha. Y también señalan que en esas fechas descendieron las salidas de dinero de las cuentas familiares de los Becerril.

Durante su interrogatorio en las dependencias de la Brigada de Blanqueo, que comenzó pasadas las dos del mediodía y finalizó cerca de las cinco de la tarde, Becerril ofreció varias explicaciones tan verosímiles como exculpatorias sobre el origen esos ingresos en efectivo: los de las cuentas familiares provienen de las pensiones de sus suegros y del efectivo que él y su mujer puedan manejar, mientras que los de las libretas del partido proceden del pago de cuotas en efectivo, la venta de lotería de la agrupación y las fiestas que hasta hace un año organizaban y cuyos beneficios destinaban ocasionalmente a cubrir las mensualidades.