Después de 123 días aguantando una huelga en el transporte público que parecía no tener fin, ayer los usuarios de bus comenzaron a ser compensados por los largos ratos de espera en las paradas y los autobuses perdidos. Un total de 676 personas acudieron a la oficina de Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA) en El Caracol, para ampliar la vigencia de sus abonos correspondientes a los días de paros sufridos.

A las 08.30 horas ya estaban los más madrugadores haciendo fila. Y eso que la apertura de puertas era a las 09.30. De hecho, a las 14.00 horas ya se había atendido a 371 abonados. Durante todo el día hubo un goteo de viajeros indignados que aplaudían la decisión del Ayuntamiento de Zaragoza de resarcir a los afectados ampliando la vigencia de sus títulos. Al final de la jornada se habían devuelto 13.047 días.

"Me parece una medida acertada porque es ilógico pagar un abono o un servicio cuando no lo puedes usar", decía Laura Valdivies, con 23 días extra, durante la huelga tuvo que coger más de un taxi para llegar al trabajo. Sin embargo, no todo eran palabras bonitas.

"Los trabajadores tienen derecho a hacer huelga, pero no deben fastidiar a los usuarios durante cuatro meses, sino a la empresa", comentaban Sergio Uribarri, Javier García y Luis Aguaviva después de lucir el tiquet que acreditaba los días extra de su abono.

Uribarri, con 18 jornadas más en su abono, explicó que tenía que salir de casa 25 minutos antes de los normal para poder llegar a la universidad desde Rosales del Canal. "Tardaba más de 40 minutos". A este grupo de universitarios le parecía correcto que el consistorio compense al ciudadano, pero consideran que la proporción era "escasa".

En taxi

Otro grupo de estudiantes --ayer fueron los protagonistas--, se quejaba de la incertidumbre que les han generado los paros durante cuatro meses. Resarcidos con 23 días al tener el bono de tres meses, Cristina Villar y Sofía Zapater explicaron que durante el periodo de exámenes se vieron en la obligación de acudir hasta el Centro Politécnico Superior (CPS) en taxi para no arriesgarse a llegar tarde.

Ambas son estudiantes de primero de Ingeniería y en su primer año viviendo en Zaragoza han tenido que soportar ya un conflicto de esta envergadura. "Nunca nos había pasado, pero parece que aquí es frecuente".