Hasta hoy ningún equipo con doce puntos al final de la primera vuelta con este sistema ha conseguido la permanencia en Primera a la conclusión de la Liga. Osasuna logró la hazaña con trece, pero no hay precedentes con doce. El Real Zaragoza ha ganado dos partidos de los 19 que integran la primera parte del campeonato. Para salvarse necesita alrededor de diez victorias en el mismo número de jornadas. Es decir: unos 30 puntos, punto arriba, punto abajo.

Diez triunfos son los que ha sumado el Valencia en la primera vuelta y marcha en tercera posición a la estela de los inalcanzables Madrid y Barcelona. El Espanyol, quinto, ha hecho 28; el Osasuna, sexto, 27; el Athletic, séptimo, 26; el Sevilla, noveno, también 26; y el Málaga, décimo, 25. Ninguno ha alcanzado los 30. Son algunos ejemplos que ilustran la extrema dificultad de la empresa a la que se enfrenta el Zaragoza. No vale ni hacer una recta final de Europa League. Sería insuficiente. Hace falta que sea de Champions.

Esa proeza es la que necesita Manolo Jiménez que haga el Zaragoza en las últimas 19 jornadas. Un milagro deportivo de alcance histórico. Algo que no ha hecho nadie. Una gesta inédita. Una heroicidad. Porque no se puede calificar de otra manera soñar con que un equipo que ha logrado tres puntos de los últimos 36 sume 30 de los 57 que quedan. No hay más solución que esperar un imposible. Es hacerlo o bajar sin remedio a Segunda.