Si Serbia le aguantó 25 minutos a España, Bielorrusia apenas estuvo en partido un cuarto de hora. Croacia se deshizo de los bielorrusos con las carreras de Cupic y la efectividad de Alilovic bajo palos, para sentenciar su pase a cuartos de final en quince minutos (10-4). Al descanso ya estaba todo el pescado vendido (21-9). Hasta Rutenka parecía disparar con balas de fogueo. En la segunda mitad, Croacia puso en pista a toda su segunda unidad, reservando fuerzas para uno de los duelos estelares de mañana. En el Príncipe Felipe se vivirá uno de los grandes clásicos de los últimos años: Croacia se medirá a la Francia de Karabatic, campeona de todo. Bielorrusia se despidió de Zaragoza con su versión más irregular, incapaz de frenar las múltiples armas croatas. Con los menos habituales, Croacia mantuvo la distancia en el marcador y descansó.