El Real Madrid no es el mejor rival para que el Real Zaragoza comience una reacción que le permita certificar la permanencia en Primera División cuanto antes, pero, tras no haber ganado en las once jornadas de Liga que se llevan disputadas en el 2013 (con solo cuatro puntos sumados de los 33 posibles), tampoco puede elegir dónde ni con quién empezar a sumar los puntos que vaya a necesitar para alcanzar ese objetivo. De hecho, Manolo Jiménez, aún reconociendo el potencial del contrario, afirmaba ayer: «El Madrid es un gran equipo, pero no es invencible. Ya me gustaría jugar bien, pero por encima de todo ganar y que a partir de ahí fuese ese punto de inflexión que tanto tiempo atrás llevamos buscando y que no ha llegado. Nunca es tarde, pero cuando antes mejor».

El favorito, por lógica, para ganar en el estadio de La Romareda es el Real Madrid, pero el Real Zaragoza tiene la obligación de buscar la sorpresa y tratar de sumar algún punto para no ver todavía más comprometida su situación en la tabla clasificatoria. Ahora solo tiene por debajo a los tres equipos (Mallorca, Celta y Deportivo) que descenderían de categoría al final del curso y, de perder mañana e incluso empatar, podría caer por primera vez esta temporada a la zona descenso. Para ello haría falta también que el Mallorca se impusiera como local al Deportivo. El Real Zaragoza, que conocerá el resultado de ese encuentro antes de jugar contra el Madrid, todavía debe enfrentarse en lo que queda de Liga con esos dos equipos.

La temporada pasada, aunque la dinámica del equipo era muy diferente (iba de abajo, estando casi deshauciado, hacia arriba), en un sábado de gloria, como mañana, pero ante el Barcelona, empezó a forjarse por parte de los aficionados zaragocistas la corriente del «sí se puede», que después resultaría fundamental para que el cuadro aragonés consiguiera una salvación calificada de milagrosa. El Zaragoza, pese a perder con los azulgrana (1-4), hizo un buen partido y, pese a jugar bastantes minutos con diez por la expulsión de Abraham, dejó muy buenas sensaciones. Recuperar ese espíritu tanto por parte de los jugadores como en la grada podría ser primordial para conseguir un buen resultado ante los blancos.

SIN PENSAR EN RIAZOR / Manolo Jiménez ya ha asegurado que no va a reservar a nadie ante el Real Madrid a pesar de que en la siguiente jornada de Liga el Real Zaragoza disputará una auténtica final en la lucha por la permanencia contra el Deportivo de La Coruña, en estos momentos colista de Primera, en el estadio de Riazor. El técnico andaluz recupera a Roberto, Apoño y Romaric y los tres apuntan a entrar en el once inicial frente a los madridistas. Toda ayuda será bienvenida para que el cuadro aragonés pueda sorprender a un Madrid que, aunque tenga la Liga prácticamente perdida en favor del Barcelona, no vendrá de paseo a La Romareda. Después habrá qué ver si Jose Mourinho reserva o no a alguna de sus estrellas pensando en el partido de la próxima semana de la Liga de Campeones contra el Galatasaray, en el Bernabéu.

Ayer, Jiménez aseguraba que, debido a la mala situación del Zaragoza en la tabla, no firmaría un empate contra el Real Madrid, pero, aunque luego el partido pueda discurrir por mejores derroteros para los intereses zaragocistas, sumar un punto ante un rival tan potente ya sería de antemano un buen botín para el cuadro aragonés. Seguro que tendría mejor sabor que el sumado en el anterior encuentro disputado en La Romareda frente al Granada (0-0), un rival directo en la lucha por la permanencia, y que serviría para reforzar la autoconfianza de los jugadores del Real Zaragoza.