La crisis económica sigue haciendo mella en las ventas que las empresas de la comunidad realizan en el exterior. Tras el descenso del 3% registrado en todo el 2008, las exportaciones aragonesas cayeron en el primer trimestre del año un 33% respecto al mismo periodo del año anterior. No obstante, el desplome de la importaciones fue aún mayor (- 42%), lo que permitió que la balanza comercial de Aragón volviera a arrojar un saldo positivo.

Con este "preocupante" inicio del año es francamente complicado que la comunidad logre terminar el 2009 con una buena cifra de exportaciones, según explica el director del Área de Internacionalización de la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza, Jesús Used. "La situación de la economía global ha provocado que las variaciones sean muy a la baja y no hay ninguna señal que nos indique que el escenario vaya a cambiar en todo el año", subraya Used, quien confía en que en el 2010 empiecen a darse los primeros síntomas de recuperación.

Varios expertos reconocen que alcanzar ese objetivo sería más sencillo si cada vez más empresas se decidieran a dar el salto a los mercados extranjeros. En el 2008, un total de 3.032 firmas aragonesas vendieron en el exterior, de las que 1.232 exportaron por valor de más de 50.000 euros. Una cifra que representa el 3,1% de todo el tejido empresarial aragonés (unas 94.000 compañías) y que, según Used, está en consonancia con las comunidades que tienen unos indicadores similares.

CRECER MÁS EN EL EXTERIOR El Congreso Exporta, que acogerá Zaragoza el 17 y 18 de junio, puede contribuir a mejorar esos datos. De hecho, el vicepresidente ejecutivo del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), Ángel Martín Acebes, dijo ayer en la presentación del foro que en España hay unas 40.000 empresas que exportan regularmente, una cifra que, en su opinión, podría incrementarse sin grandes problemas.

En este sentido, Martín Acebes destacó que las compañías que están presentes en el exterior están "soportando" mejor la crisis y creando un empleo "más estable y de más calidad". Por ello, animó a aprovechar la recesión para orientar el modelo español hacia el exterior y ayudar así a reducir el "déficit crónico" de la balanza de pagos, que, no obstante, ha caído casi un 50%, entre otras cuestiones por la bajada importante de las importaciones.