El Ayuntamiento de Calatayud quiere llenar lo antes posible el enorme hueco que ha dejado en la localidad la marcha de Kimberly-Clark, que ha supuesto la pérdida de 208 empleos directos. Para buscar con más garantías a posibles sustitutos, el consistorio está barajando la posibilidad de adquirir la planta al fabricante de pañales. "Tener las naves en propiedad sería idóneo para atraer a futuros inversores", subrayó ayer el alcalde, José Manuel Aranda. Por todo ello, el ayuntamiento ha enviado una carta al grupo papelero reclamándole un "trato preferente" de cara a la adquisición de las naves y los terrenos, que ocupan unos 90.000 metros. "Siempre hemos tenido un buen entendimiento, por eso confiamos en que la compañía sea generosa con Calatayud y acordemos un precio asequible", señaló Aranda, que volvió a pedir a la DGA que sea sensible con la comarca, que ha sufrido varios cierres de empresas.