El comité de Tata Hispano está decidido a presentar una querella contra la dirección de la empresa y de la matriz Tata Motors por el posible "cierre fraudulento" de la filial española. Al margen del proceso de negociación del ERE de la planta zaragozana, que dejará en la calle a 287 trabajadores, la parte social está convencida de que hay pruebas de que la compañía maniobró para llevar el negocio a un callejón sin salida. Por ello, se ha puesto en contacto con un bufete de abogados de Madrid para estudiar la documentación que obra en su poder y emprender acciones legales. La multinacional eludió ayer pronunciarse al respecto.

El comité ha tomado está decisión a raíz de las informaciones publicadas por EL PERIÓDICO, que desveló el martes el contrato (carta de compromisos) que la consultora PwC firmó el pasado enero con Tata Motors para llevar a cabo un plan de cierre de la firma. En su opinión, el documento evidencia que la decisión ya estaba tomada para entonces, algo de lo que no se informó hasta hace un mes al Gobierno de Aragón y al comité.

Según apuntó el comité en un comunicado, dicho contrato "deja muy claro la estrategia de cómo cerrar la fábrica obteniendo el mayor beneficio posible tanto para Tata Motors como para la consultora, por sus elevados honorarios". Los representantes de la plantilla estiman que los trabajadores han sido "perjudicados en esta triquiñuela orquestada" por la compañía.

"TRABAS" A CLIENTES La parte social piensa que la ocultación no ha sido inocente. Cree que en los últimos meses la empresa ha trabajado para dejar bajo mínimos la cartera de pedidos y justificar así el cierre en la falta de negocio. Es más, el comité denuncia que Tata Hispano ha elevado precios y ha puesto "trabas" a potenciales clientes para que la planta no asumiera carga de trabajo, una estrategia a la que ya apuntaba el contrato con PwC rubricado en enero.

El presidente del comité, José Luis Chueca, denunció ayer que el "único objetivo" de Tata ha sido "llevarse la tecnología, conocimientos y experiencia" de Hispano a India y a Marruecos, donde fabrica con éxito modelos desarrollados en Zaragoza.

RESPONSABILIDAD Por su parte, el consejero de Industria, Arturo Aliaga, volvió ayer a poner en duda que la gestión de Tata Hispano haya sido la adecuada. "Se podrían haber hecho las cosas de otra manera", indicó. Entre otras cuestiones, cree que el fabricante de carrocerías no solo debería haberse centrado en el mercado nacional, sino que tendría que haber sido "más ambicioso" para ir a otros mercados a través de la red mundial de Tata Motors. Y es que, en todos estos años, la enorme red de ventas del gigante indio no ha ayudado a vender ni una sola unidad a Hispano. Llegados a este punto, el consejero apeló a la "responsabilidad social" de la compañía para que los despidos se hagan de la mejor manera posible en cuanto a las indemnizaciones.