Pérdidas millonarios reiteradas combinadas con subidas salariales. Este es el sorprendente cóctel con el que, paradójicamente, ha funcionado Tata Hispano en los últimos tiempos. Incluso este año, en el que se materializará el cierre y el despido de casi toda la plantilla (287 trabajadores), las nóminas de esta empresa crecieron el 1,45%, lo que la convierte en una de las pocas industrias aragonesas que no ha congelado o recortado los sueldos. Y eso, a pesar de que la actividad en la planta zaragozana viene estando bajo mínimos desde que empezó el 2013.

Este hecho, sumado a otras mejoras laborales recogidas en el convenio de empresa (ascensos, incremento de pluses), ha propiciado que la antigua Hispano Carrocera haya vivido una envidiable paz social en los últimos años, solo rota tras el anuncio del cierre. Incluso, no se ha producido ningún ERE de extinción (despido colectivo), algo también excepcional en la industria de la comunidad. El único ajuste importante que se ha aplicado ha sido un ERE temporal de 150 días en los dos últimos años.

REFORMA LABORAL El comité y los sindicatos creen ahora que la buena voluntad de la filial española de Tata Motors fue "malintencionada" o como poco "estratégica", al menos, en los últimos tiempos. Según fuentes de la parte social, la inaplicación de recortes --que hubiera estado justificada por la reiterada crisis en su cuenta de resultados-- hacía que los trabajadores no sospecharan un final tan aciago, pese a los síntomas que apuntaban a un cierre o drástico ajuste (bajo nivel productivo, abandonos en el cuadro directivo).

Así, en el 2012, año en el que Hispano perdió 10 millones de euros, la subida salarial aún fue mayor: del 3,6% (IPC real más 0,7%). Y en los dos ejercicios precedente (2011 y 2010), se incrementaron el 2,8% (IPC más 0,4%) y el 3,0% (IPC), respectivamente.

Esta constante revalorización de las nóminas se ha debido al cumplimiento del último convenio colectivo de la empresa, que estuvo vigente del 2010 al 2012. Aunque el acuerdo ya expiró, este garantiza la subida salarial (la mitad del IPC) hasta que no se renueve el pacto. No obstante, Tata Hispano podría haberse saltado el cumplimiento del convenio por su delicada situación económica, más si cabe con las facilidades que le ofrece la última reforma laboral. De la manga ancha de entonces se ha pasado a una negociación del ERE "rácana", a juicio del comité.