La puesta de largo del Gobierno de Syriza en Bruselas ya ha dado que hablar. Los ministros de Exteriores, entre los que se encontraba el nuevo titular griego, Nikos Kotzias, aprobaron, finalmente, ampliar hasta septiembre las sanciones a Rusia por su papel en la crisis ucraniana, después de que el pasado sábado decenas de civiles murieran en la ciudad de Mariupol. Pero, pese a que la sangre no llegó al río, Grecia amenazó con vetar la decisión que requiere unanimidad si no se incorporaba un insignificante cambio en el documento final. Un gesto que bien puede ser un anticipo de lo que se avecina en unas relaciones entre la Grecia y Bruselas que se prevén complicadas.

Y es que la llegada de Syriza al poder en Grecia no solo amenaza con poner patas arriba el status quo de la austeridad que impera en la UE sino que también podría abrir una brecha en la unanimidad que los socios europeos han mantenido hasta ahora contra Rusia.

Además de prolongar las sanciones que expiran en marzo, los ministros solicitaron al servicio de acción exterior que preparen la ampliación de la lista de individuos o entidades sancionados para dentro de una semana. Más a largo plazo, también solicitaron a la Comisión Europea tener listo el escenario legislativo necesario para el endurecimiento de las trabas de carácter económico, financiero y comercial que ahora asfixian la economía rusa.

Una de las sanciones que más ha estrangulado al país es la imposibilidad de acceder a los mercados financieros europeos. La ampliación de una nueva batería de sanciones de esta envergadura requeriría la aprobación de los jefes de Estado y de Gobierno y su cita más próxima es la cumbre de mediados de febrero en Bruselas.

No sin dosis de humor, el ministro español de Exteriores, José Manuel García Margallo, definió el debate con el representante griego como una "discusión bizantina" en la que, finalmente, se ha respetado la "lógica aristotélica". Finalmente, se ha desempatado el desacuerdo cambiando las palabras "medidas restrictivas" por "acciones apropiadas" al hablar de la actuación futura si Rusia seguía apoyando a los separatistas del este ucraniano. Pero si la situación empeora, ironizó el ministro, "impondremos más sanciones, no les daremos una condecoración".

La disonancia de la voz griega se oyó ya a principios de semana cuando el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, emitió un comunicado en el que los jefes de Gobierno condenaban la matanza en Maruipol y abrían la puerta a estudiar más sanciones a Rusia. Grecia, con Gobierno recién estrenado, alzó la voz y aseguró que nadie le había consultado el acuerdo. Más tarde, el país heleno mostró su reserva en el borrador que debatieron los ministros que planteaba ampliar el plazo de sanciones.

SUSPENSE A su llegada a la reunión ministerial, el titular de Exteriores griego, Nikos Kotzias, se recreó manteniendo el suspense sobre el posible veto a la resolución contra Rusia que iba a debatirse. Kotzias, que celebró efusivamente estar en Bruselas, sacó su chuleta del bolsillo para decir: "Grecia está trabajando para restaurar el equilibrio en Ucrania y a la vez evitar desavenencias con Rusia".

También al entrar en la reunión, el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, quiso mantener la prudencia y atribuyó los condicionantes de Grecia al "desajuste interno" fruto del "cambio de guardia en el Gobierno". Además, quitó hierro a la amenaza que puede suponer Grecia para el consenso existente hasta ahora contra Rusia. Una cercanía al Gobierno de Putin y a la oligarquía rusa que el nuevo ministro griego se esforzó en desmentir, con contundencia, tras la reunión ministerial.

Pero lejos de los micrófonos, fuentes diplomáticas confirmaron que hay preocupación por los lazos de Syriza con el Gobierno ruso. Las mismas fuentes se mostraron convencidas de que episodios de desavenencia como los protagonizados por la cuestión de las sanciones a Rusia volverán a repetirse.

Al margen del juego político en la arena de Bruselas, de lo que no cabe ninguna duda es de que la situación en el este de Ucrania se deteriora por momentos. La escalada de violencia es incontestable, en una clara y constante violación del alto al fuego. Además, tal y como fueron informados los ministros, los separatistas prorrusos avanzan de forma "lenta" pero "constante".

AVANCE DE LOS SEPARATISTAS "Hay evidencias de que el apoyo de Rusia a los separatistas continúa creciendo", refleja el documento para añadir: "Este apoyo subraya la responsabilidad de Rusia".

Los Estados miembros de la UE vuelven a instar a Rusia a ejercer su influencia y a inducir a los separatistas a cesar sus ataques y a retirar las armas pesadas. Los ministros de Exteriores también han expresado su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria de miles de civiles desplazados en el este del país.