Todo es cuestión de tiempo. Bajo esta máxima ha actuado General Motors (GM) que ha visto en el paso de los meses su mejor aliado. Esa ha sido la clave para que los 13 miembros del consejo de administración de GM decidieran dar carpetazo a la venta de Magna. Y el tiempo se convirtió en dinero y trajo un horizonte diferente a la matriz estadounidense.

El presidente de GM, Fritz Henderson, quien llegó a su cargo después de que el Gobierno estadounidense decidiese retirar a su predecesor, Rick Wagoner, para proceder a la reestructuración de la empresa, se había mostrado desde el principio convencido de la necesidad de desprenderse de su filial europea.

Desde antes del verano, Henderson quería una rápida venta pero el nuevo consejo de administración surgido tras la quiebra y capitaneado por un experimentado Ed Whitacre (antiguo máximo directivo de AT&T) puso trabas y ralentizó su adquisición por parte de Magna. GM justificó la cancelación de la venta por la "mejora del ambiente empresarial" en los últimos meses y "la importancia de Opel/Vauxhall a la estrategia global de GM".

Con respecto al primer punto, en las últimas semanas el sector del automóvil parece más convencido que nunca que lo peor de la crisis ha pasado, especialmente en EEUU, y que la demanda de vehículos se recobrará.

La última señal de optimismo la dio el lunes Ford cuando anunció 1.000 millones de dólares de beneficios en el tercer trimestre del año, incluidos 357 millones en sus operaciones norteamericanas. Por su parte, General Motors (tras pasar por la quiebra durante el verano y recibir cerca de 60.000 millones de dólares en ayudas públicas) ha realizado reformas similares por lo que tendrá ahorros comparables a los de Ford.

La decisión del consejo de administración de GM apunta a que el saneamiento financiero de la empresa está marchando mejor de lo previsto. Así, GM dijo que "de forma preliminar", su plan de reestructuración para Opel costará unos 3.000 millones, "mucho menos que todas las ofertas remitidas", apuntó la firma.

GM tiene en Opel es su marca que mejor puede ofrecerle automóviles de tamaño medio y pequeño con reducido consumo y demostrada calidad. Ahora GM tiene que enmendar sus relaciones con el Gobierno alemán, que ya ha pedido la devolución de un préstamo puente de 1.500 millones de euros, y apaciguar a los sindicatos europeos. De hecho, ayer GM aseguró que ya ha pagado 600 de los 1.500 millones del crédito puente a Alemania.

ACTUACIÓN INDEPENDIENTE El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró que la corporación de Detroit es la que toma sus propias decisiones. El intento de desmarcarse del Ejecutivo se produce pese a que el grupo ha recibido desde que estalló la crisis 60.000 millones de dólares en ayudas públicas y se declaró en quiebra en junio de este año.