El presidente de honor del PP y exmandatario español, José María Aznar, remató oficiosamente ayer la campaña de los populares y aragonesistas en Zaragoza con un acto cargado de euforia y autoestima en el que reivindicó "el éxito" de su gobierno frente a la "incapacidad e insolvencia" de un gobierno que deja "una herencia desastrosa" y al que hay que "sancionar democráticamente" otorgando "una gran mayoría" al PP. Aznar arrastró masas, incluyendo a exconsejeros de un gobierno presidido por el PSOE, como Arturo Aliaga, que reconoció que le temblaban "las piernas" por intervenir ante el expresidente. Él, junto a varios compañeros suyos del PAR como Juan Carlos Trillo o Rosa Santos, aplaudieron entusiásticamente los elogios hacia la figura de Aznar, en un ejercicio de amnesia por olvidar los doce años de gobierno en coalición con el PSOE y la oposición que le brindaron cuando Aznar impulsó el trasvase del Ebro, aspecto del que ayer no se habló. El expresidente, al igual que Rudi o Suárez, que también intervinieron, alertaron de los grandes esfuerzos que habrá que hacer para salir de la crisis. Por ello, apelaron, se necesita un cambio y un gobierno fuerte capaz de hacerlo. Todos confiaron en "la capacidad" de España.

José María Aznar presumió de su etapa de gobierno, del "éxito del país", que se debió "a la anticipación" y a unas políticas "sensatas" que no se han dado durante ocho años de un gobierno socialista "sectario" y que solo "mira al pasado y divide a la población". Aznar presumió también de haber dado la vuelta a la situación económica de España y los dirigentes mundiales "le preguntaban para ayudar a solucionar los problemas de España y el mundo". "Ahora, la suma de la incompetencia, la incapacidad e insolvencia hace que te digan que España es parte del problema".

Aseguró que una de las claves para recuperar a España es reestructurar las administraciones, porque existen "problemas" para garantizar la cohesión en un Estado con "diecisiete miniestados". Aliaga intervino para defender la coalición del PAR con el PP porque "así lo quisieron los aragoneses" tras el 22 de mayo y como mejor garantía "de un gobierno eficaz y fuerte" contra la crisis.